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“Cuatro siglos de testimonio bautista ” Tomo VII:168-172
Por:  Dr. Donald T. Moore

            En 1609, cuando Juan Smyth organizó la primera iglesia bautista, su motivo subyacente al abandonar el separatismo puritano fue su búsqueda de una iglesia pura y verdadera, moldeada conforme al patrón neotestamentario. Smyth creía que todas las iglesias que reclamaban ser cristianas eran corruptas, porque no seguían el modelo de la iglesia verdadera presentada en el Nuevo Testamento. Así quería establecer la iglesia neotestamentaria. Pero cabe señalar, que los estudiosos afirman que no hay una sola iglesia neotestamentaria, pues para compenetrarse o entender los orígenes de cualquier movimiento religioso, los factores históricos, inclusive las influencias sociales, culturales, políticas y otras, son importantes. Comoquiera, los primeros bautistas eran biblistas: buscaban en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento, las respuestas acerca de la fe, aun cuando eso significara disentir de las comunidades políticas-religiosas de su época.[1]

Los orígenes de los bautistas ingleses

            La peregrinación espiritual de Juan Smyth fue una búsqueda incesante. Al principio fue un ministro anglicano, luego un puritano dentro de la Iglesia Anglicana, esperando unas reformas en la Iglesia de Inglaterra, y una purificación de todos los rastros del catolicismo romano. Debido a la lentitud del cambio, Smyth y otros se separaron de ella y pasaron a ser Puritanos-Separatistas. Como separatistas, Smyth y su congregación (dirigida por Tomás Helwys) se trasladaron a Amsterdam, Holanda, en busca de más tolerancia religiosa. Para 1609, Smyth se convenció de que el bautismo de los creyentes (personas que tenían suficiente edad para profesar su fe voluntariamente) fue el patrón neotestamentario para unificar e identificar a la comunidad de los creyentes. Creía que si la iglesia iba a ser pura, sus miembros tenían que profesar su fe en Cristo personalmente. Así que la práctica tradicional del bautismo infantil tenía que ser rechazada y los infantes tenían que ser excluídos de la membresía de la iglesia, porque eran incapaces de

arrepentirse y expresar su fe libremente, las condiciones para ser obedientes al pacto espiritual de Dios con su iglesia.[2]

            Puesto que entendió que no existía ninguna iglesia neotestamentaria que fuera la genuina, Smyth desbandó a su congregación de 40 personas, se bautizó a sí mismo al derramar agua sobre su propia cabeza y, luego, bautizó a sus compañeros creyentes de igual forma, formando así una nueva iglesia, la cual es reconocida por algunos historiadores como la primera iglesia bautista en la historia moderna.

            La joven congregación seguía luchando cuando Smyth, poco tiempo después, comenzó a cuestionar si su “autobautismo” había sido una práctica correcta. Al familiarizarse con los menonitas en Holanda, concluyó que ellos constituían la verdadera “iglesia de los creyentes” en base a su bautismo de los creyentes. También decidió que si la iglesia genuina existía, entonces los cristianos debían aceptar su bautismo. Smyth y la mayoría de su congregación querían afiliarse a los menonitas, pero Tomás Helwys se opuso vigorosamente, e insistió que la formación de una iglesia neotestamentaria dependía únicamente de su fidelidad a las instrucciones bíblicas. Por eso, Helwys y un grupo de unos diez seguidores se separaron de Smyth y formaron otra nueva iglesia, la cual se convirtió en una iglesia clave en la historia bautista moderna.

            Esta nueva congregación vio la importancia de documentar sus creencias fundamentales;[3] por eso, en el año 1611 escribió un resumen de ellas: “La declaración de fe del pueblo inglés todavía localizado en Amsterdam.” En ese documento, Helwys y su congregación afirmaron varios principios que durante los siguientes cuatro siglos, han continuado como características de la identidad bautista:[4]

●          la membresía de la iglesia basada en la conversión personal y el bautismo de los creyentes;

●          la independencia de cada iglesia local;

●          la organización congregacional de su gobierno;

●          el apoyo por la completa libertad religiosa o del culto; y

●          los ministros (pastores y diáconos) seleccionados por la congregación local.

            El siguiente año esta nueva congregación regresó a su propio país, y estableció la primera iglesia bautista en tierra inglesa, en Spitalsfield en las afueras de Londres. En el medio ambiente de Inglaterra todavía se oprimía a los grupos separatistas y a los puritanos; por eso, estos primeros bautistas modernos se vieron obligados a luchar celosamente por la libertad de culto. Helwys escribió en Inglaterra el primer libro que apoyaba la completa libertad religiosa para todos. Retó así, de forma radical, el rol del gobierno o el estado en los asuntos de la iglesia cuando declaró: “... la religión de los hombres está entre Dios y ellos mismos. El rey no responderá por ella. Tampoco tiene permiso el rey de juzgar entre Dios y el hombre. Que sean herejes, judíos, turcos o lo que sean, no pertenecen al poder terrenal de castigos, ni en lo más mínimo.”[5]

            Para Helwys y los bautistas de su tiempo, la libertad de conciencia del individuo fue indispensable para la relación de uno con Dios. Los creyentes, individualmente, tenían el derecho de escoger sus creencias religiosas, ya que sólo ellos tenían “que presentarse ante el tribunal del juicio para responder por sí mismos.”

Los orígenes bautistas en América del Norte

            En el territorio inglés de la América colonial, comenzó nuevamente la búsqueda por la iglesia neotestamentaria. Los puritanos coloniales trataron de crear una sociedad basada en una interpretación detallada de la Biblia, a la cual llamaron un “Estado Santo” (“Holy Commonwealth”). En 1635, Roger Williams, un separatista radical, fue exiliado de la Colonia de la Bahía de Massachusetts debido a su disentimiento a la clase de religión puritana unida al estado y la conformidad demandada por su gobierno. Así estableció la colonia de Providence para “aquellos angustiados de conciencia,” y logró el reconocimiento necesario para la fundación del estado de Rhode Island sobre los principios de la libertad religiosa para todos, y la separación de Iglesia y Estado.[6] Según Williams, durante las edades de la historia del cristianismo, las iglesias apoyadas por el Estado, consistentemente, habían derramado océanos de sangre de los disidentes cuya falta de conformidad se basaba en su conciencia personal.

            Probablemente, debido a la influencia de las ideas de Smyth y Helwys, Rogelio Williams cooperó en el establecimiento de la primera iglesia bautista en América para aproximadamente el año1639, pero su fundador permaneció bautista sólo unos cuantos meses, porque su deseo por una iglesia pura le llevó a abandonar la religión institucional. No obstante, su énfasis en la libertad de culto se convirtió en un legado que otros bautistas en América endorsaron y reclamaron como suyo.

            Cinco años más tarde, en 1644, Juan Clarke fundó la segunda iglesia bautista. Esta iglesia en Newport, Rhode Island, adoptó el modo de bautismo por inmersión, una práctica documentada en la iglesia inglesa desde 1641. También esta iglesia tenía un gobierno congregacional, y siguió la práctica de una forma incipiente del “sacerdocio de los creyentes,” por medio de la cual los laicos podrían ofrecer sus propias interpretaciones de las Escrituras durante los cultos. En adición, Clarke pasó mucho tiempo trabajando a favor de la libertad de culto y ayudó a la colonia de Rhode Island a obtener su carta constitucional inglesa. Así cooperó en conseguir una provisión de completa libertad religiosa para esta colonia, la primera ratificación legal de ella en todas las Américas. También la iglesia gozaba de un gobierno democrático. Con frecuencia los bautistas coloniales hacían eco del énfasis de Clarke, pues argumentaban por “la libertad de la conciencia del individuo,” debido a la creencia de que cada persona, sin la intercesión de otros, aparecería ante el trono del Dios soberano en el Día del Juicio, y tendría que dar  “cuenta de sí mismo.”[7]

            Los primeros bautistas en Inglaterra y América colonial fueron diversos, reflejando así las oportunidades para la libertad y el disentimiento. Smyth y Helwys se identificaron con la tradición “Bautista General” (arminiana),[8] pero otros bautistas tempranos, los calvinistas, salieron del separatismo puritano a finales de los 1630.[9] Estos fueron los Bautistas Particulares, y adoptaron el bautismo del creyente por inmersión (1641), lo cual subsecuentemente definió la práctica bautismal de los bautistas. También en 1644, siete de estas iglesias prepararon la Primera Confesión de Londres que hace el bautismo por inmersión “esencial a la naturaleza del bautismo.”[10]

            Otras prácticas variaron entre las iglesias bautistas: algunas congregaciones creyeron con fuerza en la imposición de manos después del bautismo, mientras otras dieron énfasis en la importancia del lavatorio de los pies. Otro grupo, los Bautistas del Séptimo Día, insistió en que la adoración bíblica debería practicarse en día sábado más bien que domingo. Cada una de estas diferencias nació del deseo bautista de recrear la iglesia neotestamentaria.[11]

El crecimiento del movimiento bautista

            La lucha bautista por su convicción de la libertad de culto y un patriotismo ferviente en medio de iglesias opresivas unidas a los gobiernos de los estados, fue recompensado durante la Revolución Americana, pues comenzaron a romperse las barreras de su aceptación en la sociedad colonial. Después de la era revolucionaria, la práctica democrática y voluntaria de la fe bautista floreció en la joven república. Debido a su fuerte apoyo por los avivamientos y su expansión al oeste del país en el Siglo XIX, lograron establecer nuevas congregaciones y bautizar a nuevos miembros para el movimiento bautista. En el medio de la naciente identidad nacional, los bautistas formaron su primer cuerpo nacional en 1814. Fue una sociedad para apoyar las misiones al extranjero, llamada al principio, La Convención Misionera General de la Denominación Bautista de EE.UU., pero más tarde se conoció como la Convención Trienial, porque se reunía cada tres años.[12]

            Años después, igual que otras denominaciones, los bautistas se dividieron debido al tema de la esclavitud, y en 1845, la Convención Bautista del Sur se formó y desarrolló un modelo de “convención” centralizada para el sostenimiento de las misiones domésticas y foráneas, y para la educación cristiana. Como consecuencia del énfasis en un ministerio educado se establecieron escuelas y universidades a lo largo de Nueva Inglaterra hasta el estado de Georgia, y eventualmente se beneficiaron de otras instituciones educativas en muchos otros estados hasta llegar al extremo oeste de California, lo cual incluía la Universidad de Baylor, la más grande entre los bautistas, y el Seminario Bautista Teológico Sudoeste de EE.UU., el seminario más grande. Hoy los bautistas del sur componen el cuerpo cristiano más grande no Católico Romano en América con una membresía de aproximadamente 16 millones.

            El primer cuerpo nacional permanente de los bautistas Afro-Americanos, la Convención Nacional Bautista, Inc. (CNB), se formó 30 años después de la conclusión de la Guerra Civil. Durante el Siglo XX, la CNB se concentró en los asuntos relacionados a la vida social y política del Afro-Americano. En 1961, un nuevo cuerpo fue formado con el nombre de la Convención Progresiva Nacional Bautista. Estos “progresistas” apoyaron los métodos activistas pero no violentos por los derechos civiles del Dr. Martín Luther King, Jr.,[13] mientras que el liderato de la CNB abogaba por el uso del sistema legal. King y muchos otros bautistas Afro-Americanos consideraron el Movimiento de Derechos Civiles como un movimiento espiritual de liberación que representaba el “evangelio social.” Aun durante el boicot del sistema de transporte público de los “buses” de Montgomery, Alabama, se les aseguró a los miembros de la Iglesia Bautista de la Avenida Dextor que su disentimiento por la libertad fue una demostración de la fe neotestamentaria. Además de King, muchos otros líderes Afro-Americanos que participaron en el Movimiento de Derechos Civiles eran bautistas.[14]

            Después de la formación de la Convención Bautista del Sur en 1845, los bautistas en el norte de la nación continuaron apoyando varias sociedades que se especializaban en tareas específicas hasta que se organizó la Convención Bautista del Norte en 1907. Estos bautistas americanos, llamados desde 1972, las Iglesias Bautistas Americanas, USA, se consideran el cuerpo protestante en EE.UU. más inclusivo en cuanto a raza se refiere. Otros bautistas hoy reflejan la tendencia amplia de la religión en América siendo líderes en el movimiento de iglesias de la comunidad y prefiriendo etiquetas no denominacionales. Un ejemplo prominente lo es la Iglesia de la Comunidad Saddleback en Lake Forest, California, liderado por el pastor Rick Warren.

            Durante los años 1900, los bautistas comenzaron a desarrollar relaciones más diversas. Las Iglesias Bautistas Americanas, USA, se envolvieron más en el “movimiento ecuménico,” proveyendo liderato en el Concilio de Iglesias Nacionales y en el Concilio Mundial de Iglesias. En 1905, los bautistas de todo el mundo formaron la Alianza Bautista Mundial (ABM). Hoy la ABM cuenta con 220 convenciones bautistas y uniones de todo el mundo con una membresía bautizada de casi 40 millones. Las metas de la ABM incluyen el cuidado de los necesitados, la provisión para la dirección en el evangelismo mundial, y la defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa.[15]

Diseminando el evangelio entre las naciones del mundo

            La expansión misionera al mundo no formó una parte de la Reforma Protestante del  Siglo XVI. No obstante, Guillermo Carey proveyó el liderato por los bautistas y otros cristianos en las misiones internacionales. Fue un zapatero de Inglaterra (d. 1834) que hoy, y en la era moderna, se conoce como el “padre de las misiones” y sus métodos.[16] Durante su ministerio misionero de 41 años en India, sus métodos incluían un énfasis sobre el aprendizaje de la cultura nativa, el establecimiento de iglesias nativas y el entrenamiento del ministerio nativo. Además, Carey reconocía la importancia de la traducción de la Biblia a lenguajes nativos. Tradujo la Biblia a seis idiomas, y porciones de ella a otros 29. Asimismo, fomentaba la cooperación entre otros que servían en las misiones, retando a los misioneros en todo el mundo a unirse para conferencias anuales. Finalmente, cabe señalar que el primer “misionero al extranjero” de América del Norte lo fue un Afro-Americano, Jorge Liele, quien comenzó a ministrar en Jamaica en 1783, una década antes de la inmensa obra de Carey en India.

            Las mujeres bautistas también se han involucrado en la empresa misionera. Si los bautistas tenían una clase denominada “santa,” entre ella había que incluir misioneras internacionales como Ann Judson (Bautista del Norte en Birmania, hoy Myanmar; m. 1826) y Lottie Moon (Bautista del Sur en China; m. 1912). Sus cartas a las mujeres en las iglesias locales en los EE.UU. dio ímpetu a las misiones bautistas. Asimismo, las mujeres bautistas formaron organizaciones misioneras a nivel local y nacional (por ejemplo, la Unión Misionera de Mujeres Bautistas del Sur, 1888), la cual llegó a ser la espina dorsal de las misiones bautistas del sur.[17]

            Los primeros misioneros bautistas llegaron a Puerto Rico en 1898 y 1899. Aunque fueron misioneros Bautistas del Sur en México, y educados en una universidad Bautista del Sur en Virginia, vieron la oportunidad de aprovechar la nueva relación de Puerto Rico con los EE.UU. para expandir la obra misionera evangélica. Fundaron varias iglesias en el sector designado para los Bautistas del Norte, comenzando en Río Piedras en el norte y Ponce en el sur. Posteriormente, un número nutrido de hermanos Bautistas del Sur llegaron a la Isla, principalmente como soldados al principio, y con su deseo de adorar a Dios conforme a su conciencia. Formaron el núcleo de la primera iglesia Bautista del Sur en Aguadilla en 1956. Asimismo, plantaron después iglesias en algunas ciudades principales de Puerto Rico, como San Juan, Ceiba y Ponce, sin contar con el apoyo típico de las juntas misioneras o el reconocimiento de ellas. Fue un movimiento laico, liderado por laicos que eran misioneros de corazón. Algunos pastores bivocacionales se sostenían trabajando en la carpintería y otros trabajos. Así plantaron iglesias sin ningún apoyo oficial de la denominación. Ese espíritu misionero y su disposición de servir voluntariamente ayudaron grandemente a la penetración bautista tanto en la cultura estadounidense en la Isla como la puertorriqueña. En 1965 se formó la primera asociación de iglesias bautistas del sur, y casi 30 años después, su primera convención en la Isla.[18]

            Durante el Siglo XX, la Convención Bautista del Sur (SBC) desarrolló y mantuvo un programa extensivo de misiones y evangelismo. En 1925, los líderes de la Convención establecieron un programa a través del cual los recursos de muchas iglesias se combinaron para el apoyo de la obra misionera. Dicho presupuesto se llamó el Programa Cooperativo. En el año 2007, la SBC tuvo 5,397 misioneros laborando en misiones internacionales y 5,271 en las misiones en América del Norte. Además, probablemente el bautista de más influencia en EE.UU. y el mundo entero ha sido el evangelista Billy Graham. Este predicador bautista ha sido consejero de casi todos los presidentes desde Harry Truman en los años1940, y se cree que ha predicado el evangelio a más gente en audiencias vivas en el mundo que cualquier otro en la historia. Ha predicado el evangelio a un estimado de 215 millones de personas en más de 185 países.

Una razón para acción de gracias y para celebrar

            Por cuatro siglos los bautistas han celebrado el amor de Dios a través de Jesucristo, su Hijo. A su vez, siempre han sido diversos, teológicamente, socialmente y políticamente. En el ambiente teológico, sus teólogos han publicado varios libros, comentarios de la Biblia y de teología, tanto en el área sistemática como bíblica.[19]

            En el ambiente social, el énfasis bautista en la experiencia y moralidad personales no siempre han encontrado un balance con el ministerio social, aunque numerosos bautistas han presentado argumentos para un evangelio social, Algunos consideran al Bautista Americano, Walter Rauschenbusch de Nueva York (m. 1918), el “padre” del evangelio social, y T. B. Maston ha hecho aportaciones significativas entre los Bautistas del Sur.

              En el ambiente político, históricamente, la vasta mayoría de los bautistas han apoyado la separación de Iglesia y Estado, pero eso nuncha significado una separación completa de ellos en la política. Durante los Siglos XVII y XVIII, los bautistas en América colonial cabildearon persistentemente a las legislaturas a favor de la libertad de culto. Tal vez la acción de Juan Leland en Virginia y su influencia sobre Tomás Jefferson y otros es el caso más famoso de tal énfasis.[20] Cabe señalar, además, que algunos bautistas han llegado a la fama siendo políticos. Por ejemplo, el primer presidente de la Convención Bautista del Norte (1907), lo fue Charles Evan Hughes, que también era gobernador de Nueva York (1906-1910), secretario del estado para dos presidentes, y el primer bautista en ser el Jefe de Justicia del Tribunal Supremo de EE.UU. (1930-1941). Varios bautistas también han sido presidentes de la nación: Warren G. Harding, Harry Truman, Jimmy Carter y Bill Clinton.

            No obstante, dentro de la gran diversidad bautista permanece un rico legado y un compromiso a principios. En especial,* han enfocado la libertad de culto para todos, la libertad para el individuo bajo el Señorío de Cristo, el compromiso para la comunidad de fe (la iglesia de los creyentes), y el amor a la Biblia y su proyecto misionero mundial.

 

(SD bautistas en aniversario 400)

 

[1] Doug Weaver, “The Baptist Story,” Baylor Magazine VII:2 (Winter 2008-09), 26-31 (27). Vea también su libro In search of the New Testament Church: The Baptist Story (Macon, Ga.: Mercer University Press, 2008). He seguido de cerca este artículo, pero con mis adaptaciones. Ver también, “Los orígines antiguos y modernos del pueblo bautista (3 partes) ,” Las Doctrinas Sanas y las Sectas Malsanas, V:50, 56-59; 66-70; 101-106; “Los evangélicos en PR desde el siglo XIX,” DSySM, II:8-12; y Justo Anderson, Historia de los Bautistas, Tomos 1, 2 y 3 (El Paso: CBP, 1990).

[2] Weaver, 28. Ver “¿Edad de responsabilidad y el bautismo?” DSySM V:106-108; “Es el bautismo infantil una enseñanza bíblica?”  DSySM IV:167-170.  “Recuperando el significado del bautismo de creyentes,” DSySM VI:70-71;

[3] Ver “Doctrinas bíblicas que confesamos,” DSySM III:67-82.

[4]Ver también “Los orígenes antiguos y modernos del pueblo bautista (parte 2) ,” DSySM V:66-70;     “¿Aportaciones principales del pueblo bautista?” DSySM V:14-15.

[5] Weaver, 28-29.

[6] Ver también sobre libertad de culto: “Los Anabaptistas y la separación de iglesia y estado,” DSySM  IV:156-161; “Libertad religiosa,” DSySM  V:68-69, 102-104, 214-215.

[7] Weaver, 29.

[8] Ver “La gracia de Dios,” DSySM VI:207; “¿Qué creen los arminianos ...? DSySM IV114-117.

[9]Ver también, “Los orígenes antiguos y modernos del pueblo bautista (parte 3) ,” DSySM V:101-106; “John Bunyan, un cristiano que venció la persecución,” DSySM VI, 5-8; “C. H. Spurgeon: Gran Predicador y Pastor,” VI: 82-84.

[10] H. Leon McBeth, The Baptist Heritage: Four Centuries of Baptist Witness (Nashville: Broadman Press, 1987), 47.

[11] Weaver, 29.

[12] Weaver, 30-31.

[13] Ver “Martin Luther King, Jr., Defensor de la no-violencia, la justicia social y la igualdad racial,” La Sana Doctrina (2011 o 2012).

[14] Estos líderes incluían Ralph Abernathy, Jesse Jackson, Juan Lewis y Fred Shuttlesworth. Weaver, 31.

[15] Weaver, 31; ver también “Mensaje del congreso centenario de la Alianza Bautista Mundial,”  DSySM VI:213-215.

[16] “William Carey, Padre de las Misiones Modernas,” DSySM VI:72-75.

[17] Donald T. Moore, “Una historia de los Bautistas del Sur en Puerto Rico,” Mimeografiado. (1983); Asociación Bautista de Puerto Rico (1965-1968), (Wolfe City, TX: Southern Baptist Press, c. 1969), 130-135; Puerto Rico para Cristo: A history of the progress of the evangelican missions on the island of Puerto Rico (Cuernavaca, México: Sondeos), 1998 y “Los orígenes antiguos y modernos del pueblo bautista,” (parte 3), DSySM  V:101-106.

[18] Otras organizaciones bautistas en la isla incluyen la Convención Bautista Conservadora en el sector oeste, varias iglesias bautistas independientes en diferentes sectores del país y la Asociación Bautista Misionera de América con una tradición fundamentalista militante y creyentes de estirpe bautista “landmark.” Esta Asociación fundó su primera iglesia en Guayama en 2004, a la cual algunos bautistas del sur de ese pueblo se unieron.

[19] Ver “Los temas y genes teológicos bautistas,” DSySM VI:144-146 y James Leo Garrett, Baptist Theology: A Four Century Study (Macon, Ga.: Mercer University Press, 2009) y William H. Brackney, A Genetic History of Bapist Thought (Macon, Ga.: Mercer University Press, 2004).

[20] Joseph Martin Dawson, Baptists and the American Republic (Nashville: Broadman Press, 1956), 103-117. Compara también el programa “God in America,” transmitido por el canal PBS en P.R. el 12 de octubre de 2010.

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