“Preguntas sobre las diez tribus perdidas” Tomo IV:73, 82-86
Por: Dr. Donald T. Moore
¿Es cierto que existe nueva luz sobre "las diez tribus perdidas de Israel"?
¿A que se refieren las diez tribus perdidas de Israel? Se refieren a las tribus del Reino del Norte de Rubén, Gad, Manasés, Aser, Neftalí, Zabulón, Isacar, Efraín, Dan y Simeón. Después de la división del reino unido con la muerte de Salomón cuando su hijo Roboam se equivocó al no ceder a la petición de los ancianos a suavizar la carga de impuestos sobre ellas, se formó el reino del norte de Israel. Como consecuencia Jeroboam I (931-913 a.C.) guió a estas tribus a independizarse de Judá, el reino del sur, y de la casa davídica que reinaba desde Jerusalén. Como reino separado Israel duró más de dos siglos hasta el 722 a.C. cuando, por sus prácticas idólatras a los baales, Dios permitió a los asirios invadir a Israel del norte, destruir la ciudad capital de Samaria y llevar una gran parte de la población de las diez tribus al exilio en el sector de alta Mesopotamia (2 R. 17:6; 18:11; 1 Cr. 5:26) que hoy forma parte de los países modernos de Irak y Siria. Los exilados, probablemente la aristocracia militar, política y comercial, perdieron su identidad como reino de Israel. Para sustituir la población del territorio del Reino del Norte nuevos pobladores paganos de otras partes del Imperio Asirio fueron trasplantados y con el tiempo de esa población surgieron los samaritanos de los tiempos de Jesús.
En la Edad Media Benjamín (1165 d.C.), hijo de Jonás, oriundo de Tudela, España, puso por escrito el Libro de viajes sobre sus observaciones en comunidades judías en el Oriente y el Occidente. Sus experiencias le convencieron de la existencia de descendientes de las tribus perdidas de Dan, Zabulón, Aser y Neftalí en Persia y de las tribus de Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Manasés en la península arábica.[1]
De allí y de otros contactos surgió una inquietud en cuanto a las llamadas diez tribus perdidas y como consecuencia se han propuesto diferentes teorías para resolver la enigma de sus descendientes, pero las primeras no gozan del apoyo de los eruditos en la materia. Por ejemplo, los teólogos no toman en serio ni las enseñanzas mormonas, el angloisraelismo ni el efraimismo de Dan ben Avraham sobre este asunto. El efraimismo de los mormones nos presenta una teoría de las tribus perdidas. En el mismo Libro de Mormón narra una supuesta emigración de israelitas a las Américas desde la tierra santa para los años 600-545 a.C. Además, José Smith (1805-1844 d.C.), el profeta quien reclamó haber restaurado la verdadera iglesia, decía que era descendiente de la tribu de Efraín y que en un sentido todos los mormones eran israelitas. De allí el encuentro de las tribus perdidas, lo cual significaba que los otros pueblos eran gentiles y en una época se permitía a los mormones robarles sin pecar.[2]
Herbert W. Armstrong (1892-1986), fundador de la Iglesia de Dios Universal,l[3] y otras iglesias que se separaron de la primera han apoyado la teoría del angloisraelismo. Dicha postura afirma que los anglo-sajones de Europa, los EE.UU. y otros pueblos de la Mancomunidad Británica son los descendientes biológicos de las diez tribus perdidas de Israel, pues las tribus de Efraín y Manasés emigraron a Gran Britaña y de allí a los EE.UU. Esto significa que son los herederos de las promesas y las bendiciones prometidas por Dios al pueblo de Israel. Obviamente la base para esta postura no es principalmente la Biblia, pues el primer apóstol de esta teoría lo fue el inglés Richard Brothers (1757-1824). Una de sus bases más importantes fue el sentido de superioridad nacionalista y étnica de los ingleses. Pero el Nuevo Testamento rechaza toda superioridad racial ante Dios (Gá. 3:28; Hch. 10:34; Ro. 2:11; Ef. 5:25; Stgo. 2:1, 9).
Una tercera teoría, el efraimismo de Dan ben Avraham (n. 1952), identifica a las tribus perdidas entre los hispanoparlantes de todas las Américas. En el artículo de esta edición de La Sana Doctrina con título "De vuelta a Galacia" se analiza ampliamente este concepto.
Cabe señalar que la formación del nuevo estado de Israel a mediados del siglo XX[4] ha llevado a algunos investigadores judíos y cristianos a un renovado interés por estas diez tribus perdidas. El encontrarlas cobra importancia para la nueva nación de Israel, ya que no sólo todo judío tiene el derecho de emigrar a su país y a reclamar ciudadanía en esa pequeña nación, sino porque existen interpretaciones de las profecías del Antiguo Testamento que predicen el regreso de ellas.
La inquietud y la búsqueda del profesor Tudor Parfitt de la Universidad de Londres comenzó en la década de los 1980 en Johannesburgo, África del Sur.[5] Una tribu negra en el sur del continente africano practicaba ciertas costumbres y tradiciones judías y reclamaba ser judía. A lo largo del proceso de doce años de entrevistas e investigaciones en África, otros continentes y en laboratorios universitarios en Inglaterra se descubrió evidencia mediante unas comparaciones genéticas de la ADN ("DNA") que parece confirmar que la tribu Limba tiene herencia judía y en particular es de un linaje sacerdotal, o sea, de los "Cohenin," pues el análisis del laboratorio universitario demostró que aparece una alta incidencia de cromosomas haplotipo cohen. En general la incidencia entre los Limba en la población es de 10% lo cual es igual a la población judía en general, pero aun más importante fue el hallazgo en cuanto al tipo cromosoma Y y uno de los clanes de la Limba, la Buba, donde la frecuencia del cromosoma Y fue mucho más alto, pues estuvo casi en un 50%. Así que esta alta concentración evidencia un enlace más empírica entre la Limba y los judíos.
Además, se descubrieron unas tradiciones tribales que vinculó a la Limba con "los hijos de Senaa" en Nehemías 7:38. De hecho en dos otras ocasiones la Biblia menciona a Senaa (Esd. 2:35; Neh.3:3). La evidencia parece indicar que esta tribu está vinculada con el exilio de Judá a Babilonia (587/6 a.C.) y el regreso decretado por Ciro del Imperio Persa más bien que con las diez tribus norteñas de Israel. Las investigaciones posteriores del profesor Parfitt en Yemen parecen indicar ese país como el punto de partida para África de sus antepasados, aunque es imposible establecer la fecha de la llegada de la tribu a Africa del Sur, la ruta[6] que siguió y los acontecimientos que la llevaron hasta donde están hoy.
Simcha Jacobovici, un investigador judío estimulado por "La búsqueda por las tribus perdidas"[7] por las profecías bíblicas, hizo otras investigaciones recientes en el oriente. Según él las profecías dicen que todos los pueblos exilados y hoy llamados las tribus perdidas de Israel "se levantarán y regresarán a Israel." Asimismo, una antigua promesa profética que se dio a los israelitas puntualiza que una vez que se había pagado la expiación, lucerá un futuro mesiánico resplandeciente y el palo de Judá volvería a unirse con el palo de José (Ezequiel 37:15-20[8]). Esto significaría la reunificación de las tribus que vendrían desde las cuatro esquinas del mundo. Hoy ciertos grupos creen que su exilio de casi tres milenios ya ha terminado y que su redención está a la mano. También Jacobovici reclama el comienzo del cumplimiento de esta profecía en el día de hoy después de 2700 años y que una vez que ellos regresan a su tierra eso va a ocasionar "el Apocalipsis." Se afirma que los descendientes de la tribu de Dan ya regresaron a Israel de Etiopía en la década pasada y que descendientes de Aser y Neftalí ya regresaron de Afganistán (Bukhara). Este investigador ha viajado a India, China, Birmania, Pakistán, Afganistán y Tunisia en busca de otros descendientes de estas diez tribus y reclama haber localizado descendientes de casi todas las tribus perdidas: de Manasés en la frontera entre Birmania y Tailandia y otros en la India, de Zabulón en la India, de Rubén, Gad, Leví, Efraín y Simeón en Pakistán y de Aser en Tunisia con algunos sacerdotes y utensilios para el uso del templo. Se espera ya una reconstrucción del templo donde los utensilios y el sacerdocio pueden servir una vez más en una adoración restaurada. Las identificaciones de las descendentes de las tribus se basan principalmente en las tradiciones, la morfología lingüística y las costumbres de estos pueblos sin hacer un examen de la ADN. No obstante, algunos rabíes y pueblos ya están celebrando el comienzo de un nuevo amanecer en vez del comienzo de un fin apocalíptico.[9] Concluyó Jacobovici que las tribus de Israel ya no están perdidas; aún más nunca estuvieron perdidas, pues lo que se perdió era la conciencia de ellas de parte del mundo occidental. Ellas mismas siempre sabían quiénes eran.
Otra teoría afirma que bastantes de los sobrevivientes en el territorio del reino del norte de Israel emigraron a Judá durante y después del siglo VIII a.C., o sea, ya que nunca se llevó al exilio el 100% de los israelitas del Reino del Norte, bastantes lograron emigrar e integrarse al reino del sur compuesto por Judá y Benjamín (1 Cr. 9:1-3; 2 Cr. 15:9) mientras otros se quedaron en Samaria y se casaron con la nueva población pagana que llegó a vivir allí. Así que, aunque fueron dispersadas, en realidad todas las diez tribus nunca fueron perdidas.
Esta postura encuentra apoyo en el profeta Ezequiel del siglo VI a.C. quien profetizó la unidad nacional de Judá e Israel (37:15-25), y en el libro de Esdras que hizo constatar que para el 538 a.C. ya era una realidad, pues un solo pueblo llamado Israel habitaba a Jerusalén (7:13, 6, 7) donde edificaron un templo (4:1, 2; 6:14, 17; 7:7, 28; 10:1) y las otras ciudades de la Palestina (2:70; 3:1). Para un total de cuarenta y ocho (48) veces Esdras usó de forma intercambiable los dos nombres para referirse a la nación restaurada mientras que Nehemías hizo lo mismo veintidós (22) veces. Así que en el comienzo del período intertestamentario la nación judía se componía de doce tribus. Eso mismo evidencia el ministerio de Jesús dirigido a "la casa de Israel" (Mt. 10:5-6; 15:24-26) puesto que nunca viajó a Asia central o a Europa, sino siempre llevó a cabo su ministerio en Galilea, Judea, Perea y pueblos limítrofes. Además, en el día de Pentecostés Pedro predicó a "todo el pueblo de Israel" (Hch. 2:22, 36). Pablo también aceptó a los judíos como israelitas (Ro. 9 al 11) e identificó a sí mismo tanto como judío como israelita (Hch. 21:39; Ro. 11:1). Asimismo, es evidente en su carta que Santiago el hermano del Señor no aceptaba una teoría de las tribus perdidas, porque se dirigió la misma a "las doce tribus" en vez de a las dos (1:1).
Concluimos, pues, que en el futuro podemos esperar que hayan otros descubrimientos de pueblos que reclaman ser descendientes de los israelitas. Los análisis de la ADN deben clarificar la identidad de algunos de estos grupos y confirmar o negar la veracidad de sus reclamos de ser descendientes israelitas. Mientras tanto debemos evitar ser partidario de cualquier postura dogmática o extremista del efraimismo o el angloisraelismo. A la vez debemos rechazar cualquier doctrina que coloca a las tribus perdidas de Israel o a los judíos en el lugar central de una doctrina, más aún cuando está atada a la escatología o la identidad del verdadero pueblo de Dios.
[1]www.pbs.org/wgbh/nova/israel/losttribes.html
[2]Jerald y Sandra Tanner, Mormonism - Shadow or Reality? (Enlarged Edition) (Salt Lake City: Modern Microfilm Company, s.f.), 432-433. Para más información sobre los mormones vea también Las doctrinas sanas y las sectas malsanas (DSySM) I:52-57 ("El testimonio de los mormones y el nuestro") y II:176-185 ("Los mormones: sus dioses, su salvación y su profeta"), 199-200 ("¿Cuál es la iglesia verdadera?").
[3]Hoy la Iglesia de Dios Universal rechaza oficialmente el angloisraelismo, pero no así muchas otras Iglesias de Dios que se separaron de ella (Joseph Tkach, Transformed by Truth (Sisters, Oregon: Multnomah Books, 1997, 123, 209-217). Vea también "La pura verdad según Herbert W. Armstrong," (DSyMS), I:195-203.
[4]Ver "El judaísmo: sus divisiones y el Mesías," DSySM, III:161.
[5]El programa científico de "Nova" con título "Lost Tribes of Israel" trasmitido por el canal 3 (40) en septiembre del año 2000 en San Juan, Puerto Rico. Para el texto completo del documental vea también www.pbs.org/wgbh/nova/israel/losttribes.html.
[6]Una tradición central a la tribu Limba reclama participación en la edificación de la civilización antigua de Gran Zimbabwe, evidentemente construida para los siglos XV y XVI d.C. en la costa oriental de África.
[7]Simcha Jacobovici, "Quest for the Lost Tribes," un documental televisado por el canal A&E (canal 44) en San Juan, Puerto Rico, año 2000.
[8]La interpretación de los Mormones de este pasaje es que los dos palos son realmente dos rollos y que el palo de Judá es la Biblia a la vez que el palo de José es el Libro de Mormón y que la unión de ellos significa la unión de las dos escrituras, la Biblia y el Libro de Mormón [Marvin W. Cowan, Los Mormones (El Paso: CBP, 1977), 53-54].
[9]Se hacen referencia a "muchas promesas de los profetas de Isaías, Jeremías y Ezequiel" con el uso de metáforas descriptivas, especialmente en las profecías del último profeta.