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“El culto a Tara Verde” Tomo IV:192-193
Por:  Dr. Donald T. Moore

¿Cómo es Tara Verde -- una importante deidad protectora del budismo tibetano?

            Reciente el monje Yangsi Rimpoche, nacido en Nepal y criado por diez años en el monasterio Kopan de ese país y que ahora ostenta el grado más elevado del sistema monástico tibetano y director espiritual del Centro Budista Tibetano Ganden Shedrub Ling en Puerto Rico, llevó a cabo una iniciación budista tibetana dedicada a Tara Verde.[1] Según él Tara es la deidad que protege al Tibet, la madre de los budas, la perfección de la sabiduría y el lado femenino de la liberación. "Se dice que al invocarla en situaciones adversas, la deidad acude de inmediato a socorrer aquellos que claman por su asistencia." Un sabio hindú se refirió a ella cuando dijo, "'Aya Tara responde instantáneamente a todas las oraciones desinteresadas. Los deseos egoístas corren el riesgo de tomar algo más de tiempo.'" Otra fuente la identifica como el/la Avalokitesvara de la montaña Putuo y que al cultivar su relación con la dharma de ella "uno podrá liquidar todos los demonios y eliminar todo desastre y crimen. Podrá vivir una larga vida y tener niños y niñas pudientes de la manera que uno desea. Su virtud y logros serán sin límite." El Diccionario esotérico Zaniah dice de ella: "Diosa tibetana de doble carácter, que puede ser cruel (Tara amarilla o azul) o misericordiosa (Tara verde o blanca[2]). Concebida a veces como salvador femenino o esposa de Avalokitesvara," el bodhisattva más venerado del budismo Mahayana y "en Tibet ha encarnado en el Dalai Lama."

            Yangsi Rampoche explicó que "Tara, la gran diosa del budismo tibetano, es una especie de faro para aquellos que necesitan luz en el camino hacia la liberación de todo tipo de pesar terrenal ... Protege contra la arrogancia o sobrestima de sí mismo, los celos, la ignorancia, el deseo-apego, la avaricia, el odio, la duda y de los falsos puntos de vista. ... Su imagen, de color esmeralda, la muestra sentada sobre una flor de loto que emerge de un cuerpo de agua. Su mano derecha, abierta y en posición de dar, es indicativa de que concede aquello que los seres necesitan, mientras la izquierda, situada en su corazón, sugiere que da refugio. En cada mano muestra el tallo de una flor de loto con una flor abierta. La pierna izquierda encogida indica su renuncia a las pasiones humanas, mientras que la derecha extendida establece su disposición para acudir a prestarle ayuda a todo ser. La energía que desata Tara Verde es fundamental para eliminar o vencer obstáculos, situaciones difíciles o negativas que surgen en nuestro diario vivir.

            "La sanación, a todos los niveles, es un aspecto de vital importancia al invocar la Tara Verde." Según Yangsi Rimpoche, ella "nos ayuda a encontrar condiciones en las que nuestras causas positivas fructifiquen y nos den felicidad."La triste realidad de todas estas afirmaciones es que Tara como pura energía sacra ha sido totalmente incapaz de proteger al Tibet del poderío comunista ateo desde a mediados del el siglo XX. ¿Cómo entonces puede proteger a los recién iniciados puertorriqueños de las adversidades en el Siglo XXI? Si hay santos en el catolicismo romano a quienes rezar, en el budismo tibetano hay deidades protectoras como Tara Verde. Como se señalara en una reciente edición de la revista de La Sana Doctrina[3] sobre esta religión mística, es politeísta como son también la santería[4] y la iglesia mormona.[5] Son muy raras las veces que los monjes tibetanos, que visitan a Puerto Rico ahora con más frecuencia que antes, hablen de sus dioses protectores con tanta claridad como lo hizo esta vez el monje Yangsi Rimpoche,[6] actualmente residente de Madison, Wisconsin. Normalmente hablan de la meditación, la liberación, la tolerancia y las ideas psicológicas budistas y sus conceptos sobre las virtudes del amor y la paz. Por lo menos esta franqueza nos arroja entendimiento sobre este supuesto "sendero de luz," que no tiene nada que ver con el Dios Creador y Padre de todas las luces (Stgo. 1:17).

 

     [1]En sánscrito significa "estrella que hace alcanzar la otra orilla." Marjorie Aponte Gómez, "Iniciación en el sendero de luz," El Nuevo Día (23 de marzo de 2002), 67.

     [2]"Según las Escrituras budistas, quienquiera que estudia y practica la Dharma de la Tara blanca puede extender sus años de vida, añadir a su suerte y sabiduría, cortar la raíz de la transmigración, protegerse de todos los demonios, las enfermedades epidémicas, los dolores y las miserias y obtener cualquier cosa que desee."

     [3]"Reflexiones sobre una Visita al Tibet," La Sana Doctrina,  XVII:1 (Enero a Febrero, 2002).

     [4]"La Santería," Las doctrinas sanas y las sectas malsanas, II:36-48.

     [5]"Los Mormones: sus Dioses, su Salvación y su Profeta," DSySM, II:176-185.

     [6]Una reportera dice de él también: "Su devoción, sus peticiones y agradecimiento van dirigidos a que las deidades manifiesten su eterna sabiduría en el momento preciso." [Marjorie Aponte Gómez, "El camino de la paz," El Nuevo Día (6 marzo 2002), 86].

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