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El espiritismo y el cristiano
Por:  Dr. Donald T. Moore

En este país el espiritismo tiene raíces históricas que se extienden hasta el pueblo indígena, los colonizadores españoles y los esclavos de Africa. Apareció por primera vez referencia al espiritismo por escrito en la prensa del país en 1856. Esto se debió a la nueva moda en San Juan traída por nativos que habían sido influenciados por el francés Allan Kardec (1803-69); su nombre verdadero fue León Hipólito Denizart Rivail, el codificador del movimiento. Intentó usar el método para lograr esta codificación publicada en una serie de libros, que luego se tradujeron al español. Su libro más difundido en el país fue El Evangelio según el Espiritismo, pero en realidad el nombre debe traducirse del francés como "El Evangelio con ("avec") el Espiritismo"; eso es con los cambios al evangelio de Jesucristo en la Biblia.

            Los espiritistas han hecho público diferentes estimados en cuanto al número de seguidores en la isla; estos varían entre el 17% y el 80% de la población. En 1979 se estimó que habían 50,000 seguidores de la codificación de Kardec mientras se decía que había medio millón de creyentes de otras clases del espiritismo. Todo esto nos deja ver su gran influencia en esta isla. La única denominación que reclama un mayor número de seguidores en Puerto Rico es la Iglesia Católica Romana.

            Un reconocido espiritista del país divide el movimiento en tres grupos: el espiritismo científico, el familiar que es realizado por personas con algo de orientación científica y el populachero que está impregnado por prácticas supersticiosas. Esto nos deja ver que el movimiento también está fragmentado como otros movimientos religiosos del país.

Las creencias del Espiritismo

            ¿Qué es el espiritismo? Un conferencista espiritista lo define como "una doctrina que permite al hombre refinar sus facultades y capacidades para establecer puentes" de contacto entre el mundo terrestre material y el mundo invisible de los espíritus. Sus cinco postulados básicos son la preexistencia y supervivencia del espíritu, la evolución de los espíritus, la reencarnación, la mediumnidad y la pluralidad de mundos habitados en el universo.

            Partiendo de esta definición, podemos describir con más claridad y detalle su doctrina. Existen dos mundos; uno es el mundo invisible de los espíritus, que son las almas de los muertos los llamados espíritus desencarnados. No son omniscientes; están limitados en sus conocimientos; su cantidad de iluminación depende de la etapa de desarrollo evolutivo en que se encuentran en el momento. Algunos son más desarrollados que otros y, por lo tanto, tienen más "luz" de los conocimientos que los otros, pues saben más. Estos espíritus desarrollados se llaman espíritus sabios, espíritus de conocimiento, espíritus de luz y espíritus de verdad. Los espíritus atrasados se llaman espíritus ignorantes, espíritus traviesos, espíritus destructivos y confusos.

            El segundo mundo es el terrestre material de nosotros los humanos; somos en realidad espíritus encarnados. Cada uno de nosotros es un espíritu en cuerpo material y debemos permitirle a nuestros espíritus expresarse y así poder desarrollar sus facultades y capacidades. Tenemos que hacer contacto con el espíritu dentro de nosotros y permitirle guiar nuestros pensamientos y nuestra vida. A la medida que nosotros adquirimos conciencia del espíritu adentro, esto permite comunicación con otros en el mundo invisible de los espíritus. Es un proceso dual: ellos quieren comunicarse con nosotros, y el espíritu de uno quiere comunicarse con ellos. Cada uno quiere hacer contacto con el otro.

            Estos dos mundos no se encuentran aislados y separados uno del otro, porque existen, por lo menos, dos puentes de contacto entre ellos. El primero es el médium o la mediumnidad. Se trata de "una persona cuya energía se pone al servicio de la comunicación de los espíritus desencarnados con los seres encarnados." Esto se refiere a la práctica espiritista de la comunicación con los muertos. Entonces un médium sirve de intermediario entre los hombres y los espíritus de los muertos. Cuando uno sufre pruebas en esta vida sin saber las razones, entonces uno podría tener la explicación de los espíritus del otro mundo a través del médium del centro espiritista. Puede ser que al consultar a dos médiums diferentes sobre el mismo problema, le den a uno dos explicaciones diferentes. ¿Por qué ocurre esto? La razón tiene que ver con el nivel del progreso en que se encuentra el médium en el momento de la consulta, y si éste está siguiendo o no "ciertas normas para que sólo espíritus de luz y paz se le acerquen y traigan mensajes de beneficio para el hombre ..." Los mismos médiums "tienen que aprender cómo no ser objetos de los espíritus atrasados y cómo no mercadear con sus habilidades..." Esto nos recuerda una vez más que cada espíritu, tanto el encarnado como el desencarnado, está en un proceso de evolución.

            Un segundo puente entre los dos mundos se trata del movimiento de los espíritus entre el mundo material y el invisible por medio de la reencarnación. Este postulado enseña que cada espíritu en múltiples ocasiones toma diferentes cuerpos humanos como su habitación terrenal y que al morir cada alma regresa al mundo invisible de los espíritus desencarnados. Rige este proceso de evolución y de moverse entre los dos mundos la ley de Karma. La ley de Karma es la ley de causa y efecto que describe la existencia evolutiva de los espíritus. Cada espíritu debe evolucionarse hacia un estado donde nunca tenga que encarnarse otra vez.

            ¿Qué determina si uno progresa o se atrasa en este proceso de evolución? Las obras de uno en sus múltiples existencias. Hay que acumular más obras meritorias que negativas, porque la ley de Karma estipula que exactamente lo que uno siembra eso mismo -- nada más y nada menos -- es lo que uno segará. Es una ley de moralidad tan rígida que a través de la larga historia de siglo tras siglo en todos los pueblos, sólo unas cuantas personas han logrado salirse del ciclo perpetuo de la reencarnación. Todos los espíritus son sometidos a esta ley para lograr y cumplir su misión y las pruebas en la vida son para ayudar al espíritu lograr sus diferentes niveles y grados. Entonces, un problema es una especie de prueba que hay que pasar para poder alcanzar un nivel más alto, y si algún día logra uno alcanzar la etapa más alta, nunca jamás tiene que someterse a esta ley del talión.

            Aunque el espiritismo científico que sigue a Kardec afirma que los espíritus no son para curar por ser eso la función de los médicos, en Puerto Rico una parte vital del sector mayoritario del movimiento es precisamente la sanación. Reclaman los espiritistas por lo menos cinco medios de curación aunque "el espíritu guía Radamés" indica que se sana con el fin de atraer y envolver al paciente al movimiento espiritista más bien que para ayudarle. Afirman poder curar por medio del despojo ("los pases mediúmnicos y el recetario de agua fluidificada"), por medio de las "irradiciones flúidicas," por medio de recetas, por medio de homeopatía y por medio de operaciones quirúgicas tanto "por irradición de flúidos proyectados a distancia" como "por operaciones en el periespíritu sin el aprovechamiento del ectoplasma del médium."

            Muchos espiritistas concuerdan con el argumento de Kardec sobre las tres leyes espirituales y morales. A través de la historia, se afirma, nos han llegado tres leyes de suma importancia para el desarrollo espiritual del hombre. Moisés trajo una ley espiritual y moral de gran embergadura que incluye los diez mandamientos. Esta ley era una ley que se considera un gran salto hacia adelante, pero no era perfecta. Por eso Cristo tenía que traer otra ley que podría corregir muchas de sus fallas. Así que la segunda ley, la ley de Cristo, supera grandemente a la anterior, pero todavía era una imperfecta y necesitaba de otra mejor. Por eso vino la última ley, la de los espíritus, para perfeccionar a las primeras dos. Por fin al llegar esta ley, existe una que a la vez supera y cumple todas las necesidades para una ley perfecta. Esto quiere decir que para Kardec y sus seguidores la doctrina espiritista supera a la de Cristo y al cristianismo.

Una evaluación de sus creencias

            ¿Cómo podemos evaluar el espiritismo en su práctica en este país y en su formulación doctrinal? ¿Supera de verdad a la ley de Cristo? Es significativo lo que escribió un reconocido espiritista puertorriqueño, el profesor Vicente Geigel Lanuza: "Este espiritismo vulgar, en vez de contribuir al mejoramiento moral y espiritual de las personas que acuden con sus problemas o su curiosidad al centro desorientado, generalmente les confunde, les envuelve en mixtificaciones, les amengua la capacidad para su normal desarrollo síquico, y en los peores casos, les lleva a pensamientos y prácticas reñidas con la caridad, la moral y el amor divino, o la superstición, las aberraciones, la obsesión o la locura."

            ¡Esta crítica se refiere a más del 90% del espiritismo del país! Su conclusión es que empeora la vida moral y espiritual de las personas en vez de ayudarles. El espiritismo es dañino en dos niveles. El nivel de menos importancia para él, lleva a las personas a confusión cuando mezclan elementos espiritistas con elementos católicos. Las personas al entrar a un centro espiritista típico se confunden pensando, al ver las imágenes y cuadros de los santos, que no hay diferencia entre la fe católica y el espiritismo. También en este nivel uno se encuentra incapacitado para desarrollar su mente y su personalidad en forma normal; está impedido a desarrollarse a la altura que podría de no frecuentarse el centro.

            El segundo nivel envuelve los peores casos. La práctica del espiritismo le puede llevar a uno a sospechas y a conflictos con su prójimo, y eso quiere decir la preparación de "trabajitos" o "fufús" para herir a otros. También puede causar a las personas ser supersticiosas, anormales y obsesionadas. También puede llevar a uno a la locura. Las consecuencias, según este espiritista, pueden ser funestas y trágicas. Indirectamente, él está aconsejando y advirtiendo a uno a no tener nada que ver con el espiritismo predominante del país si es que uno quiere vivir con buena salud mental, espiritual, moral y material. Así que ni felicidad ni ayuda se puede encontrar en este espiritismo.

            Hay otros puntos de evaluación importantes para todo el movimiento espiritista. Primero, los espiritistas están dominados por el temor en su diario vivir, debido a su relación con sus dos mundos. En el mundo material están rodeados de espíritus invisibles de todas clases. Algunos les quieren hacer daño; otros quieren confundirlos; otros son traviesos. Este temor constante los aterroriza de manera que les desorganiza y les esclaviza. Llena sus vidas de angustias. Así que son esclavos de la ansiedad, buscando alguna forma de tranquilizar, aplacar y apaciguar estos espíritus funestos. Esto les lleva a la esclavitud de la superstición y del temor. Edmund Soper, un erudito de religiones comparativas, afirma, "La nobleza de carácter y el desarrollo de una sociedad nunca nace del motivo desorganizador del temor. Para desarrollar las posibilidades en el hombre y para organizar su vida en niveles siempre más altos de intercambio social se requiere una base de fe y confianza -- fe y confianza de los hombres entre uno y el otro y aún más fundamental, en los espíritus y poderes en que ellos dependen." Así que está claro que si queremos que Puerto Rico progrese, hay que evitar participación en estos centros; el espiritismo retarda este proceso en vez de ayudarlo.

            Encontramos lo contrario en cuanto al cristianismo, porque Jesucristo vino en su compasión para conquistar los poderes que aterrorizan. El evangelio nos libra del temor de las tinieblas, porque podemos confiar en un Cristo compasivo y misericordioso que es más poderoso que ellos. Así nos ayuda a sacar los temores y ansiedades y sustituirlos con fe y confianza hacia Dios y el prójimo.

            Un segundo punto de evaluación tiene que ver con las leyes del espiritismo y del cristianismo. Posiblemente el mandamiento enunciado con más frecuencia en los centros espiritistas y practicado por el espiritismo es, "Sospecha de tu prójimo." No puedes confiar en él, porque él quiere hacerte daño. Hay que tener tanto cuidado con los familiares y las amistades, que este mandamiento impulsa a algunos a romper hasta los lazos íntimos y familiares a mandar pedir "trabajitos."

            "El espiritista de poca técnica, casi siempre le dice a sus clientes lo mismo, 'tus enemigos te están haciendo un trabajo espiritual, para que todo te salga mal.' Si el cliente es un hombre, le indica que una mujer le está enviando energía negativa para que no progrese y no pueda tener relaciones normales con otras mujeres. Cuando el cliente es mujer le dice, 'hay un hombre que te quiere tanto, que te está haciendo un trabajo para que no puedas ser feliz con ningún otro hombre y vuelvas con él.'

            "Otros temas que usan también los espiritistas son, 'oye, en tu trabajo hay una persona que te envidia mucho y quiere que te boten;' también le dicen: 'en tu matrimonio hay un problema muy serio y tu esposo te da la espalda cuando están en la cama;' otro tema usado es, 'uno de tus vecinos te desea mal, porque tú estás prosperando y él quiere que todo te vaya mal en tu casa.'"

            Mientras la principal ley espiritista es la sospecha hacia el prójimo, la ley de Cristo es el de amar a Dios y al prójimo (Mt 22:38-39). La ley de Cristo nos enseña a amar y a perdonar y a tener misericordia y compasión con otras personas. ¿Cuál de estas dos leyes es superior: la que enseña sospecha o el amor? La respuesta es obvia.

            Un tercer punto de evaluación entre las leyes de los espíritus y de Cristo tiene que ver con la ley de Karma. Con esta ley el espiritismo enseña que se le da a uno exactamente lo que se merece -- ni un chispito más ni menos -- y esto es la justicia de los espíritus. Aquí entonces no hay lugar para el perdón, la misericordia, la compasión y la gracia de Dios. Aquí se desconoce el significado de la muerte de Cristo para el perdón de los pecadores que no pueden merecer la remisión del pecado.

            En contraste, en el cristianismo Dios nos ofrece perdón gratuitamente en Cristo (Ro 6:23). Dios sabía que no podíamos ser lo suficiente perfectos para merecer su perdón. Somos todos pecadores sin poder nunca ser perfectos (Ro 6:23). Esto quiere decir que no somos condenados a través de cientos de vidas a una busqueda y lucha eterna y perpetua de lograr la perfección. Dios nos atribuye o acredita los méritos y la perfección de Cristo. Así en su compasión nos perdona ofreciéndonos vida eterna en un hogar glorificado con él. Con esto se ve claramente que la ley de Cristo supera fácilmente la ley de los espíritus de Kardec. El, por lo tanto, estaba equivocado al afirmar lo contrario.

            En cuarto lugar, el espiritismo le lleva a uno a una vida desorientada y confusa en vez de una vida íntegra. Con tantos espíritus atrasados alrededor de uno que le pueden engañar y hacer daño, no hay únicamente un solo eje alrededor del cual cultivar la vida. Más bien, hay tantos centros o focos de temor que le es imposible tener una vida íntegra. Debido a la existencia de múltiples poderes a apaciguar, es peor que el esquizofrénico que tiene dos centros sin poder ser una persona íntegra. En el cristianismo tenemos un solo eje en torno al cual podemos integrar y entregar nuestras vidas y así desarrollarlas alrededor del solo foco que es el Dios revelado por Jesucristo

            En quinto lugar, el concepto del sufrimiento en el espiritismo es muy limitado. Su explicación es básicamente retributiva, que insiste que lo que uno recibe es lo que uno merece o en esta vida o en otra ya vivida; el sufrimiento, la angustia y el dolor son pruebas siempre merecidas. (La otra alternativa para ellos es que se trata de la malicia de otros.) En el cristianismo al contrario se reconoce la retribución como una de varias posibles explicaciones del dolor y el sufrimiento, pero no es de ninguna manera la única explicación. Puede ser probatoria, disciplinaria, vicaria, sustitucionaria, entre otras.

            En séptimo lugar, la teoría espiritista para explicar sus fenómenos de sus centros en términos de espíritus que son almas de los muertos y que, por lo tanto, permite comunicación con seres queridos muertos tiene otras posibles explicaciones aceptadas por otros estudiosos. Muchos sugieren telepatía mental, percepción extrasensorial, el engaño, los demonios y Satanás. Existe evidencia científica para algunas de estas explicaciones alternativas.

Las actitudes hacia el espiritismo

            Existen diferentes actitudes entre los cristianos hacia el espiritismo. Predominan dos actitudes en Puerto Rico. La primera es la actitud racionalista que afirma: "No creo en eso." Para ellos todo eso está en la mente; no es real; es sólo engaño y superstición; la fe que uno tiene en eso le sugestiona, pero no hay ninguna realidad en esto fuera de la mente y la fe en él. En vez de ser una realidad objetiva todo es subjetivo.

            Jesús exhibió la segunda actitud, una realista, a través de su vida terrenal y como evidencia está el caso del endemoniado de Gadara o Gerasa (Lu 8:26-37). Cuando el hombre se le acercó gritando, Jesús le preguntó su nombre y cuando él respondió, "Legión," (es decir, muchos espíritus), Jesús no lo dudó sino aceptó tal como se le dijo. Lo aceptó como una descripción de la realidad. La actitud de Jesús muestra el camino para sus discípulos hoy día también.

            Aun cuando se acepta que los fenómenos espiritistas puedan ocurrir, existen niveles de madurez cristiana relacionados con esta actitud realista. En el nivel más superficial uno puede aferrarse al hecho de que es una cosa prohibida. En efecto hay iglesias y denominaciones que lo prohíben. Además, la Biblia lo prohibe (Lv 19:31; Dt 18:9-11; Is 8:19-22). En su segundo nivel que es menos superficial, se reconoce el espiritismo como algo peligroso. Lo fue para el rey Saúl siglos antes de Jesús, porque como resultado de su visita a un centro espiritista perdió su vida y sus hijos y el reino (1 Cr 10:13-14). Lo fue para un niño muerto en Mayagüez hace varios años, porque perdió también su vida innecesariamente. También es un peligro económico, porque muchas personas pierden sus casas y hasta miles de dólares, incluyendo sus ahorros de muchos años pagando por tratamientos espiritistas. Pero el nivel de madurez cristiana más profundo es la actitud de confianza y fe en Cristo y en su poder para romper y conquistar todos los poderes malignos (Co 2:15; Ro 8:35-39). Cristo es más poderoso que los espíritus malignos y atrasados, y los ha conquistado por medio de su muerte y resurrección. Por lo tanto, El nos libra del poder de ellos como del endemoniado de Gadara que fue libertado y restaurado a una vida normal y feliz.

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