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¿Por qué no le agradó a Jehová la ofrenda de Caín?

Actualizado: 22 may 2019


¿Por qué la ofrenda de Caín no fue aceptada por Dios? ¿Sería por lo que ofreció? ¿Qué provocó que Caín matara a su hermano Abel? ¿Responsabilizaremos al demonio del acto criminal cometido por Caín? ¿Estaba Caín poseído y por esa razón mató a su hermano?


Lo cierto es que existen diversas teorías sobre la ofrenda de Caín y el primer homicidio registrado en la Biblia que afirman ser confiables. Sin duda, este es un relato muy conocido por muchos que ha inspirado piezas teatrales, obras de arte, numerosos escritos y hasta películas. Muchas cosas interesantes e importantes que giran en torno a esta historia despiertan gran interés en el lector bíblico. De todos los personajes mencionados en el capítulo cuatro de Génesis me limité a la persona de Caín como personaje de interés. En particular consideré el carácter y la conducta de Caín y verlos a la luz del relato bíblico de Génesis, qué aspectos revelan esa conducta. Algunas interpretaciones serán consideradas, sin dejar de lado mi propia apreciación sobre el tema.


La Adoración de Caín

Génesis 4:3, 4


3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda (RVR 60).

El hecho de que Caín adorara pone en evidencia un comportamiento religioso que incluso le precede. Esto es importante porque bíblicamente encontramos base para probar los orígenes de la religión con la primera pareja creada por Dios, Adán y Eva. El teólogo Matthew Henry teoriza sobre la posibilidad de que Adán como sacerdote del hogar debió haber sido quien instruyó a Caín y Abel sobre los asuntos de índole espiritual, razón por la cual Caín presentó su ofrenda a Jehová.


Su ofrenda


Cuando consideramos la vida devocional de Caín, es evidente que no estuvo falto de instrucción acerca de la importancia de conducirse rectamente y honrar a Dios por las bendiciones concedidas. Adán debió haber aprendido mucho por experiencia propia sobre las terribles consecuencias de su desobediencia a Dios y como padre sabía que ahora tenía la responsabilidad de educar a sus hijos sobre asuntos tanto morales como espirituales, y el comportamiento religioso que debía seguir Caín según el relato bíblico prueba.


Muchas veces la Biblia no nos ofrece detalles de todo lo que pudo haber ocurrido sobre alguna historia que de pronto ha despertado nuestro interés. A veces el texto sagrado se limita a considerar solo aspectos de mayor trascendencia, y cuando esto ocurre, la intriga muchas veces nos puede llevar fácilmente a conclusiones precipitadas e injustificadas. Obviamente hay cosas que podemos inferir por el mismo texto de lo que pudo realmente haber ocurrido, pero siempre siendo cuidadosos.

Ante la pregunta sobre por qué Dios rechazó la ofrenda de Caín, lo primero que deberemos reconocer y aceptar es que en la Biblia no encontramos explícitamente una respuesta a esa pregunta. Aunque la Biblia no provee una respuesta directa, podemos, debido a ciertas indicaciones, llegar a una conclusión plausible. He oído muchas cosas que los predicadores han expuesto desde el púlpito en diversas comunidades de fe acerca de la posible razón por la cual Dios no aceptó la ofrenda de Caín, y la más descabellada de todas, me parece a mí, es concluir que la razón por la cual Dios repudió y desaprobó la ofrenda de Caín haya sido debido a su mezquindad. No sé cómo alguien llega a esa interpretación y sugiere que eso fue lo que realmente ocurrió. Coincido con el Dr. Bob Utley, comentarista, maestro y escritor quien sostiene que el relato solo expresa la ofrenda que Caín trajo a Dios y no califica su ofrenda como buena o mala y que el hecho de que la ofrenda de Abel se destaque “de lo más gordo de ellas” no quiere esto decir que la ofrenda de Caín fuese materialmente miserable. Por consiguiente, me parece que este tipo de proposición que algunos pretenden sustentar bíblicamente carece realmente de fundamento bíblico. No necesariamente debe interpretarse que lo que determinó que la ofrenda de Abel fuese aceptada fue lo grande, o abundante de la misma. Es muy cierto que la generosidad agrada a Dios (2 Cor. 9: 6-7) y Abel demostró ser generoso, pero no se puede limitar este asunto a uno de interés solo material, relegando así de la fe.


Su actitud


Si lo determinante no es tanto lo abundante que la ofrenda pueda ser, entonces, lo que realmente importa no es tanto el sacrificio sino la fe del que sacrifica. Esto desde luego no quiere decir que da lo mismo si somos generosos o no, pues la Biblia claramente enfatiza que todo cristiano debe serlo (Pr. 11:15, 2 Co. 9:7, Lc. 6:38, 2 Cor. 9:10). La actitud de Caín aparentemente fue el problema. Caín tuvo tiempo para forjar una relación apropiada y aprobada por Dios. El simple hecho de presentar ofrendas a Dios deseando su aceptación habla de cuán consciente pudo haber estado Caín de sus pecados. Dios conocía los pensamientos más íntimos de Caín y en realidad su ofrenda fue una expresión de sus malas obras, contrario a Abel su hermano cuya ofrenda expresaría su sincera lealtad y gratitud a Dios. Si Caín usó la ofrenda queriendo competir con Abel y manipular a Dios como algunos han pensado, pudiera ser probable, pero considero a mi juicio que el pasaje carece de detalles y me resulta un tanto ambiguo para concluirlo.


El homicidio cometido por Caín


Esto es importante porque a la luz de las Sagradas Escrituras no considero que Adán sea totalmente responsable de las decisiones que Caín eventualmente tomaría, siendo la más trágica de ellas matar a su propio hermano Abel. El pecado de Adán trajo la muerte física y espiritual de todo ser humano, pero el hecho de que hayamos heredado la tendencia pecaminosa de Adán no exime a ninguna persona de asumir responsabilidad por sus propios actos pecaminosos, razón por la cual es culpable de muerte ante Dios. No podemos estar siempre buscando un responsable o alguien a quién culpar por los pecados que uno pueda cometer.


El rostro del odio


¿Quién diría que la decisión que tomó Eva y posteriormente Adán según el relato de Génesis capítulo tres como consecuencia daría lugar a un conflicto incesante entre los seres humanos, siendo el primer rostro del odio, el rostro de Caín? A partir de ese suceso desgraciado en el que Caín mata a su propio hermano acontecería que el odio terminaría convirtiéndose en una costumbre alterna como modo de vida. Hoy cuando elevamos nuestra vista para observar nuestro entorno social, es difícil no darse cuenta de cómo el odio que primero se instauró en el corazón de Caín, debido a su perversidad se ha instaurado en el corazón de nuestra sociedad, fragmentándola por completo, dejando como resultado a grupos o bandos que se ensanchan entre sí violentamente por diversas razones, dominados por el egoísmo humano, dominados por la maldad que yace en sus corazones. Aún las causas justas no están exentas de motivaciones viciadas. Incluso en su perdición el hombre ha tratado de pervertir la verdad bíblica con el fin de que ésta se acomode a sus ideales o intereses personales. Pienso que posiblemente Caín interiorizó que no había razón por la cual Dios debió negar su ofrenda y solo haber aprobado la de su hermano, lo que provocó el celo que convertiría a Abel en víctima de su odio.


Su consecuencia

Considero que esta historia nos debe servir para prever el que nos ensanchemos violentamente contra nuestros semejantes. La naturaleza pecaminosa puede fácilmente llevar a un ser humano a cometer actos pecaminosos muy trágicos y lamentables indistintamente si se es cristiano o no. El ser humano es violento por naturaleza, Salmo 37:8 dice: “Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.” Proverbios 29:22 dice: “El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.” Eclesiastés 7:9 dice: “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.” Estos pasajes nos advierten sobre la ira debido al pecado que mora en nosotros. Ellos claramente exponen cómo la ira o el odio provocan las contiendas, la necedad. Debemos atesorar el consejo en la Epístola de Santiago en la que por inspiración divina se nos advierte que el enojo y la ira no obra la justicia de Dios (Stg. 1:19, 20). Muchas, muchas veces, hemos sentido odio o nos hemos airado. Reprimir los sentimientos no es una solución cuando sentimos frustración y nos convertiría en una especie de bomba de tiempo. Lo aconsejable sería podernos abrir en un diálogo honesto con Dios y quizás expresarle también a una persona capaz de brindarnos un sabio consejo, lo que sentimos. A veces la causa de la ira o el odio que albergamos en el corazón es el egoísmo, la vida centrada en el yo.


La Maldición de Caín


Llegamos al tema de la maldición y la marca de Caín. Es mucho lo que se comenta a pesar de los pocos detalles que realmente encontramos en la Biblia, lo cual vuelve aún más enigmático el personaje de Caín. Es fácil especular y llegar a conclusiones, carentes de fundamento realmente bíblico. Honestamente prefiero no ser tan osado tratándose de la Palabra de Dios y limitarme a los pocos datos que nos suministra la Biblia. ¿Qué significa la maldición? y ¿qué significa la marca?


Caín el errante


La maldición de Caín significó la pérdida de privilegios (Gén. 4:12). Caín era agricultor; ahora la tierra no rendiría a él sus frutos, razón por la cual sería un errante. Una pregunta que surge a raíz de este suceso es, por qué Dios simplemente no mató a Caín si él no estuvo dispuesto a arrepentirse cuando fue confrontado por la muerte de Abel (Gén. 4:9,14). Caín solo mostró remordimiento y desesperación al ser cuestionado por sus hechos, mintió sobre lo ocurrido e incluso culpó a Dios. Solo podría pensar que Dios en su soberanía permite que aún la vida de personas malvadas se prolongue debido a sus planes.


Su marca


Caín estaba más preocupado por su castigo que por sus pecados. Fue repudiado por el cielo y la tierra sufriendo una inquietud que solo la fe curaría. Dios prometió proteger a Caín y pondría en él una señal debido a su promesa de que nadie le haría daño. Con relación a la naturaleza de esa marca, la misma ha sido y sigue siendo objeto de debate. La palabra hebrea “marca” al ser traducida, simplemente se refiere a una marca, símbolo o signo. Pero esta palabra no identifica la naturaleza en sí de la marca, prevaleciendo en nosotros la incógnita sobre lo que realmente pudo ser. Algunos creen que se trata de una especie de cicatriz, otros consideran que pudo haber sido algo similar a un tatuaje, etc. Lo importante en realidad no es la marca, sino el propósito de la misma, y la palabra de Dios nos dice, que fue para que Caín no fuese vengado por la muerte de Abel (Gén. 4:15).


Conclusión


Basándome en la evidencia bíblica concluyo que la razón por la cual la ofrenda de Caín fue un acto que mereció el repudio de Dios fue debido a su actitud y que nada tiene que ver con lo ofrecido. Es evidente que Caín no tuvo temor reverente a Dios violentando su ley justa y perfecta, ofreciendo un sacrificio conveniente mediante el cual procuró satisfacer su deseo. La ofrenda de Caín fue ofrecida con un espíritu irreverente y rebelde que no procede de la verdadera fe y que es algo característico de quienes están bajo el dominio del maligno (1 Jn. 3:12). Aunque Caín estuvo bajo la influencia del maligno no debe eximirse de culpa por la muerte de su hermano. Caín es el responsable de la muerte de Abel y por eso Dios lo confrontó y le reclamó el no haberle cuidado y protegido, lo cual era parte de su responsabilidad. Hoy muchos adoradores modernos siguen la senda cainita involucrándose en actividades religiosas que puedan satisfacer sus propios deseos y que provoquen un sentimiento de justificación ante el Dios soberano. Juan 4:23-24 afirma que solo habitarán en la presencia de Dios eternamente los verdaderos adoradores, aquellos que le adoran en espíritu y verdad.

El hombre ciertamente solo podrá ser justificado mediante la fe en la suficiencia de Cristo y no por obras. Sobre Abel quien ciertamente fue justificado por la fe encontramos los siguientes pasajes interesantes: Hebreos 11:4, 11:6, Habacuc 2:4, Mateo 23:35 y 1 Juan 3:12.


 

Bibliográfica


Darby N. John, Sinopsis de los Libros de la Biblia, Editorial G. Morrish, 1861.

Matthew Henry, Comentario Bíblico, Obra completa sin abreviar, Editorial Clie, 2013.

Dionisio Ortiz-(Exposición), Comentario Mundo Hispano, Tomo I, Editorial Mundo Hispano, 1994.

Gill, John, Exposition of the Entire Bible, Editorial Graceworks Multimedia, June 2011.


 

Enlace al articulo en la revista:


Sobre el Autor

Albert Cuadrado es pastor en la Iglesia Bautista Sola Fe en Humacao. Posee una licenciatura en estudios bíblicos, y ha sido aceptado para hacer su maestría en teología en el Southwestern Baptist Theological Seminary. Albert Cuadrado es un fiel colaborador de La Sana Doctrina.


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