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“Reflexiones sobre una visita al Tíbet,” Tomo IV:142-153, 155
Por:  Dr. Donald T. Moore

            El Dalai Lama, el apóstol sobresaliente del budismo hoy, es el tercer líder religioso más conocido en el mundo, después de Billy Graham y el Papa Juan Pablo II. Aunque con frecuencia se le llama el "Divino Rey" de Tibet, sus títulos oficiales son "Jetsun Jamphel Ngawang Lobsang Yeshe Tenzin Gyatso," que significan "Santo Señor, Apacible Gloria, Elocuente, Compasivo, Erudito Defensor de la Fe, Océano de Sabiduría." Nació con el nombre de Lhamo Thondup en el 1935 en el noreste de Tibet, siendo escogido como el decimocuarto Dalai Lama a la edad de dos años.[1] Aunque fue ascendido al trono en el 1940, no se convirtió en el líder político de su país hasta la edad de 15, justo después del comienzo del dominio de Tibet[2] por el ejército chino. Antes del 1950 cuando esos soldados comunistas ocuparon su país, vivió en el Palacio de la Potala en el invierno en la santa ciudad de Lhasa y en el verano residía cerca en el Palacio Norbulingka ("Jardín de Joyas") en la misma ciudad. En el 1959 cuando fracasó una rebelión dirigida por él y sus monjes contra China comunista, el Dalai Lama XIV huyó a la India con unos seguidores. Allí se unió con una numerosa comunidad tibetana que había emigrado a través de los siglos, muchos de los cuales habían escapado de las injusticias dictatoriales de la teocracia budista. Actualmente vive en Dharmasala,[3] pero viaja a diferentes países para promover el budismo tibetano. Durante el exilio se ha convertido en un líder mundial de la ética, la política y la religión. Últimamente ha escrito libros sobre la ética del nuevo milenio y el arte de la felicidad.

            Tibet ha sido la sede por siglos de los Dalai Lamas desde su apoyo por el primer emperador de la Dinastía Qing cuando escogió al Quinto Dalai Lama, pero el segundo emperador Qing dio poderes espirituales y políticos a otro lama de la secta amarilla, cuyo linaje surge del monasterio Tashi-Lhumpo de Tibet. El Tashi (Panchen) Lama, el segundo lama de más rango, fue reconocido por el gobierno Chino y elegido por él para 1989 con la muerte del anterior. Ha existido una tradición por siglos a pedir al gobierno chino a ratificar la selección de estos dos budas vivientes.

            Tibet en las Montañas Himalayas ha sido un lugar de visitas misteriosas desde los tiempos de Madame Blatvasky, la fundación de la Sociedad Teosófica para 1875 d.C. y la circulación de sus publicaciones.[4] Tiene una gran atracción para los seguidores de las doctrinas esotéricas de la Nueva Era y para aquellos que se sienten atraídos por el budismo y otras religiones orientales. Otra razón por su popularidad para visitas ha sido los libros de Lobsang Rampa[5] tales como El Tercer Ojo (1956), El Médico de Lhasa (1959) y The Rampa Story (1960) a pesar de que ya se ha comprobado que fue el inglés Cyril Henry Hoskin quien escribiera ese serie popular de libros ficticios y no un monje tibetano que pretendió ser en sus publicaciones. Estas presentan a Tibet como un reino íntimamente vinculado con los poderes mágicos y milagrosos del ocultismo.

 

Nuestra visita a Llasa

 

            Principalmente con un grupo de puertorriqueños, pero también con uno que otro cubano y neoyorquino, todos hispanos, visité la sagrada ciudad budista de Lhasa. En el grupo había profesionales puertorriqueños y otros hispanos bien educados que eran en su mayoría abogados, médicos, educadores, personas jubiladas y amas de casas con una tradición religiosa católica y evangélica, inclusive bautista, pero muchos de ellos aceptaron el agua bendita budista en sus propias manos y la ungieron en su propia cabeza, después de recibirla de un monje tibetano. Estas acciones sugieren un sincretismo para algunos, parecido a lo que existe en la santería entre la fe tradicional africana y el catolicismo cubano.[6] Pero para otros fue un claro rechazo de las denominaciones tradicionales cristianas puertorriqueñas. De hecho la visita a Tibet fue para algunos un peregrinaje espiritual, para otros el cumplimiento de un sueño desde la niñez, para otros una oportunidad de hacer compras exóticas y para otros sólo otra visita turística, tal vez una oportunidad de ser de los primeros puertorriqueños en ese país. En mi caso particular sentía la mano del Señor guiándome en esta visita, pero al principio no entendía el propósito completo de El. Al pasar el tiempo comencé a comprender los planes misteriosos del único soberano del universo y de la historia. Una cosa que me ayudó fue cuando desperté a las 4:30 a.m. en la pintoresca ciudad de Guilin en el sur de China lejos de Tibet. Pues desperté con el título de este artículo ya formulado en mi mente y estaba dando vuelta muchas de las ideas a ser plasmadas. El Espíritu Santo dirigía mi subconsciencia y los pensamientos corrían sin tregua. Aunque antes de ese momento no tenía plan alguno para un artículo en la Sana Doctrina, para no perder las ideas al volver a dormir, busqué papel y bolígrafo para apuntarlas. Indudablemente me influyó mucho en esta decisión una conversación con cierta persona después del desayuno en la madrugada del último día de nuestra estadía en Tibet. Ella me hizo varias preguntas sobre sus preocupaciones espirituales.

 

El Palacio de la Potala en Lhasa

 

            En la madrugada después de nuestra primera noche en Tibet desperté con un pequeño dolor de cabeza. Por eso tomé una pastilla de Advil. Parece que algunos de nuestro grupo sufrían más que otros en Lhasa debido principalmente a la altura de unas dos millas y media. También no puedo menos preguntar si de alguna manera la presencia del reino de las tinieblas y la vida dominada por la oscuridad tuviera algo que ver con eso también.

            Algunos que visitaban la antigua ciudad santa tibetana conmigo tal vez veían una opresión religiosa en la pobreza de la gente mientras que otros veían sólo la belleza del arte exótico budista. Yo veía más la idolatría y el politeísmo, pero descubrí unas dimensiones nacionalistas en el budismo tibetano que se palpaban en todas partes del edificio más sagrado, el Palacio de la Potala. Estaban mezclados inseparablemente las doctrinas tántricas[7] budistas y el gobierno central teocrático que había controlado el país por siglos. Se considera ese Palacio una de las maravillas arquitectónicas del mundo con miles de cuartos, capillas y estatuas con muchos frescos, stupas[8] e imágenes budistas. Se construyeron los trece pisos de madera y piedra encima de un risco más de 12,140 pies sobre el nivel del mar. Su construcción comenzó en el siglo VII d.C. y las ampliaciones del palacio blanco y rojo fueron completados luego de diez siglos. El Salón de Sacrificio, el cuarto más grande, tiene los restos de la mayoría de los Dalai Lamas, los gobernantes tradicionales del país.

            Los feroces protectores que asustarían a cualquier persona estaban presentes dondequiera. Percaté de ellos en las capillas, en el autobús pinchado a la visera y en un cuadro o tapiz en la pared del salón de entrada del Hotel Lhasa (Holiday Inn), supuestamente el mejor hotel en la ciudad, a plena vista de todos. A pesar de estar en un lugar prominente me tardé varios días en reconocer su presencia y su significado. También se encontraban esos feos guardianes en las entradas de los templos y aun en los salones y junto a las stupas o tumbas de los grandes Dalai Lamas, cuyos restos y reliquias fueron enterrados en la Potala. Obviamente los budistas creían en los espíritus malignos que se encontraban dondequiera para amenazar la espiritualidad aun de los líderes tibetanos tántricos más fieles y más grandes. PERO no pude menos pensar en el protector más poderoso de todos ellos: Cristo Jesús, el buen pastor, quien amorosamente nos busca, nos cuida en sus manos y brazos poderosísimos (Jn 10:23-30). Con su tierno amor guía a su pueblo constantemente por senderos de luz y vida y aun por los valles de la muerte (Sal. 23). De hecho mediante Su muerte y resurrección conquistó a todos los seres malignos y los mantiene bajo su dominio, pues los hizo Sus presos (Col. 3:11-15). Si clamamos a El e invocamos Su nombre, llega a darnos la victoria[9] (Ro 10:9-13). Pero en ninguna parte de la ciudad se veía representación alguna de Jesús de Nazaret o nada que lo sugiera en los restaurantes o templos, ni siquiera se encontraba una cruz en Tibet o alguna Biblia de los Gedeones en las habitaciones de los hoteles en todo el país de la China roja.

            En su lugar se palpaba mucha ceremonia, superstición y magia. En la misma entrada de la Potala se encontraban más de tres docenas de ruedas de oración con sus palabras sagradas escritas sobre ellas. Al caminar al lado los peregrinos campestres las daban vueltas para mandar sus palabras y mantras sagradas repetidamente a los poderes sobrenaturales que controlaban sus vidas. Así de forma impersonal, les recordaban y hacían peticiones una y otra vez a los dioses, los budas y los bodisatvas[10] para que les prestaran atención y les contestaran sus anhelos y rezos. Además, colocaban las banderas azules, rojas, amarillas, verdes y blancas que eran los colores principales de los elementos[11] del budismo como rezos en astas de las casas, los patios, los edificios, los pastos y las montañas. Así que ondeaban continuamente sirviendo de constantes recuerdos a los poderes divinos. Daba la impresión que esos poderosos seres estaban tan lejos o sordos o desinteresados en la gente que no prestaban atención al clamor de angustia del pobre pueblo a menos que se les recordaba constantemente. La mera presencia de los feroces protectores debía infundir al peregrino de más seguridad y el agua bendita que se daba para curar enfermedades, debía dar a los monjes y otros mejor salud y una vida más larga. Pero María, una doctora de medicina científica entre su pueblo mongol y una estudiante mía en Mongolia Interior, me contó de la muerte de su papá cuando esos monjes lamaístas con su agua bendita para curar fueron sólo para cantar y tocar sus largas trompetas y otros instrumentos para ahuyentar a los malos espíritus y así curar a su padre. No obstante, él murió, pero esa misma médica ya sabía que la medicina científica lo hubiera sanado. También las palabras de Jesús en el sermón del monte subrayan el rechazo de vanas repeticiones de palabras, rezos o mantras, porque nuestro Padre celestial ya sabe lo que necesitamos antes de pedírselo. Además, la oración conocida como el Padre Nuestro que Jesús enseñó a sus apóstoles es un modelo de sencillez donde se dice cada petición únicamente una sola vez. Jesús nos ha aconsejado a no ser como los paganos que pronuncian sus vanas repeticiones (Mt. 6:5-15).

            Los pobres peregrinos tibetanos subían los escalones, a veces muy estrechos y en la semioscuridad, de la Potala mientras que nosotros bajábamos desde un piso muy alto. Muchos de ellos llevaban mantequilla del yak para repartir en los altares donde las velas quemaban perpetuamente en el Palacio en frente de las estaturas de los budas, los dioses y los bodisatvas. Otros daban billetes de papel como ofrendas. Allí donaban una cantidad tan grande de mantequilla del yak que los monjes coleccionaban grandes medidas para el uso de otros templos donde visitaban menos peregrinos. La gente demostraba una disposición para sacrificar sus pocas posesiones. Así daba un buen ejemplo en su disposición de sacrificarse en lo material para los valores espirituales. Asimismo Cristo enseñó a sus discípulos que salvar la vida material era de menos valor que dar la vida por el Mesías y Su reino (Mt. 16:24-27). El cristiano debe tener la misma o mayor disposición de desprenderse de lo material para la causa de Cristo que ellos por su fe en los budas.

            Fue chocante ver el ornato dorado en la Potala que se nos decía que era oro. Nos chocaba a causa de la pobreza extrema de los campesinos. Algunos de nuestro grupo aun repartieron billetes a esos desaventajados. Me hacía recordar una condición parecida que ha existido en templos católico-romanos a través de los siglos. Recordé los templos lujosamente decorados en el Zócalo y el Templo de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de Méjico. Es cierto que muchas de las riquezas han sido llevadas, ofrendadas y donadas por los fieles feligreses, pero ¿quiénes determinan su uso? ¿Por qué los dirigentes espirituales de estas dos religiones no pensaban también en los pobres y sus necesidades de escuelas y buenas medicinas? Tal vez se ha justificado la práctica de hacer decoraciones lujosas apelando a la ley de karma, pues ¿no es cierto que ellos merecen la pobreza debido a sus malas vidas anteriores? En últimos instantes son los sacerdotes, los monjes, los lamas y las autoridades religiosas quienes determinan su uso aun cuando los fieles dan desprendidamente.

            Aunque había muchos símbolos, predominaban el del Dalai Lama, a veces el menos complicado y otras veces el más intricado -- pero frecuentemente de colores azul o blanco. Los más simples estaban formados por una serie de cinco cuadros entrelazados con la esquina de uno para abajo y en el más complicado el doble de ese tamaño con diez cuadrados con uno para abajo y arriba, y dos en los dos lados con una esquina para afuera. Los dos eran bastante parecidos a un laberinto pero sin ninguna manera de salir de él. ¿Sugiere eso la infinidad o el infinito? Vinculado con el budismo tibetano también están los dos tipos de svásticas y a veces se ve una en el pecho de ciertas estatuas de buda. Uno se parece el símbolo de los nazis de Alemania a mediados del siglo pasado, una cruz de brazos iguales, cuyas extremidades están dobladas en ángulo recto de izquierda a derecha. El otro tiene una forma inversa. Uno significaba la suerte o el buen agüero mientras el otro era la insignia de una secta budista. La primera vez que lo vi, fue en una caja de reliquias con los restos o los huesos de un santo budista en un templo lamaísta en las llanuras de Mongolia Interior.

La calle Barkhor y el Templo Jokhang

 

            También en Lhasa veíamos la religiosidad del pueblo tibetano cuando los peregrinos daban varias vueltas alrededor del Templo principal de Jokhang. Este "palacio" con su techo dorado es el corazón espiritual de esa ciudad sagrada. Se construyó hace trece siglos para conmemorar el matrimonio de la princesa Wen Cheng de la dinastía Tang (618-904 d.C.) de China quien se casó con el rey tibetano Sron-tsan-gampo. Ella fue un instrumento importante en llevar el budismo a Tibet. Algunos peregrinos afuera del Templo Jokhang en la misma entrada principal aun se postraban repetidamente en reverencia a los budas y al caminar alrededor del edificio rogaban a sus dioses por su ayuda, su protección, sus bendiciones y sus concesiones. Se me hacía pensar en los dioses o baales en los tiempos del profeta Elías en el Monte Carmelo cuando los falsos profetas-sacerdotes clamaban y rogaban por horas en vano sin recibir contestación alguna de sus dioses, pero Elías con sólo alzar su voz en una petición humilde recibió su poderosa contestación (1 R 18:20-40).

            En la calle Barkhor los peregrinos con sus pequeñas ruedas de mano para el rezo daban la vuelta siete veces al Templo Jokhang mientras que se mezclaban con los vendedores quienes llamaban la atención del público para hacer sus ventas. Algunos usaban el rosario budista pasando de una cuenta a otra a medida de que caminaban y otros rezaban en forma de canto. Se oía un murmuro de rezos y se veían las ruedas de oraciones en sus manos, dándolas muchas vueltas, pues tenían mantras o palabras sagradas escritas tanto sobre las de madera como las de metal. Tradicionalmente el budismo ha enseñado el vegetarianismo, pero no así el tibetano, pues la carne del yak, ya lista para cocinar, se vendía detrás del Templo y esos mismos monjes comían pescado y a veces carne.

            Adentro del Templo Jokhang, el más importante en Lhasa para la práctica religiosa local cerca de la plaza de mercado central del pueblo, estaba una representación de Gautama (Sakiamuni) Buda a la edad de doce años. La princesa de Nepal lo trajo consigo para la adoración y para la implantación del budismo en Tibet cuando se casó. Según la tradición este buda traído por la princesa creó a sí mismo y por eso se considera santísimo.[12] Pero me preguntaba ¿dónde estaba la representación del joven Jesús a la edad de doce cuando visitó el templo herodiano israelita en Jerusalén? Pues era en vano buscarla, porque no aparecía en ninguna parte.

            Algunos tibetanos eran tan ansiosos de hacer una venta que agarraban a uno por el brazo para llevarnos donde sus productos que siempre estaban al lado de otras personas que vendían lo mismo por un precio que se regateaba. Cobraban a todos para la entrada a los templos, monasterios y palacios. Adentro del Templo Jokhang, igual que en otros santuarios, inclusive en los monasterios, se prohibía al visitante tomar fotos de las imágenes y los cuadros más sagrados, pero vendían libros en las tienditas adentro de los lugares sagrados con bellas fotografías de todos los objetos más sagrados. Resaltaban especialmente en el Monasterio de Drepung las imágenes muy coloridas, pero adentro del gran auditorio monástico respiraba un ambiente sobrio de color oscuro y de poca luz. El mismo trasmitía una tristeza melancólica.

            Cabe señalar que los mismos monjes que dedicaban sus vidas a la espiritualidad oriental se volvían en vendedores de libros ilustrados con sus santos, dioses, estatuas, las banderas budistas para rezar y otras cosas mucho menos espirituales. Aunque trabajaban cobrando dinero por las ventas espirituales y las mundanas, no se los veía a estos religiosos trabajando en la reparación de los techos de los templos y monasterios o haciendo otras tareas de mantenimiento. Esos trabajos fueron asignados a los laicos. Este tipo de ventas hacían los monjes tibetanos cuando visitaron a Puerto Rico durante la Semana Santa y aun en el mismo Viernes Santo -- como que la verdadera espiritualidad se hace cambiando una religión comercializada por otra. Aun los proponentes y simpatizadores de la Nueva Era y del budismo en nuestra isla encontraron estas ventas materialistas chocantes. Este comercialismo fue evidente aun dentro de los recintos más sagrados del Palacio de la Potala, el Templo Jokhang y el Monasterio de Drepung. ¿Es esto inevitable cuando existe la unión de la religión y el estado o sea, cuando hay un monopolio político-religioso? ¿El esfuerzo por crear una nueva tradición religiosa durante la Semana Santa y el Viernes Santo incluye también este tipo de comercialismo?

            Es cierto, como algunos puntualizaron, que lo espiritual es más importante que lo material, pero ¿es más sabio divorciar los dos o unirlos? Es mucho mejor una combinación equilibrada de ambos, una que reconoce que somos seres viviendo tanto en el plano material como en el espiritual, pues los dos planos afectan uno al otro y a nosotros. No debemos olvidar que Jesús se preocupaba por el bienestar espiritual de su pueblo sin pasar por alto lo físico. Aun usaba lodo y saliva (Jn. 9:6) en ocasiones para sanar y en otras el contacto físico (Lu 8:43; Mar 7:32-34). También recordemos que el Creador en Génesis combinó el polvo de la tierra con Su aliento (Gn. 2:5) para hacernos seres espirituales hechos de una sustancia material. Aun en la resurrección corporal de Jesús, seguía una combinación de los dos -- la materia y el Espíritu. Así que no procede tampoco un materialismo craso que pasa por alto los valores espirituales.

            ¿Espiritual sobre lo material? Sí, pero vivimos en los dos planos y aun los monjes tibetanos hacían ciertas ceremonias religiosas y daban sus bendiciones a cambio de dinero. Además, los Dalai Lamas tenían un palacio para el invierno y otro para el verano. Es cierto que los cuartos de ellos que vimos no daban la impresión de que vivieran en condiciones lujosas cuando se compara con la magnificencia de los emperadores rusos y los monarcas más poderosos europeos, pero sí disfrutaban de situaciones desahogadas donde fueron servidos por súbditos que eran esencialmente esclavos. El Dalai Lama XIV tenía sus salas para el estudio, el dormir, el comer y la meditación, y también nació como uno ya seleccionado a disfrutar de esta evidente situación desahogada por la cual no hacía nada en esta vida para merecer. Entonces ¿es la única manera para justificarla la ley de karma y la reencarnación[13] después de vidas anteriores? Eso mismo aceptan por fe los budistas.

             El mismo día que finalizamos nuestra estadía en Tibet cuando llegamos al aeropuerto en Guilin y salíamos con las maletas, tropezamos con una cucaracha enorme. Algunos de nuestro grupo se apresuraron a matar ese insecto tan repugnante y una vez que se logró exterminarlo se escucharon bromas acerca del abuelo que se había liquidado. ¿Es esto la enseñanza de la reencarnación o la transmigración del alma? ¿Hay devolución o sólo evolución? Lo que sucede es que hay diferentes teorías de la reencarnación, pero todas afirman la ley de Karma que hace claro que todo lo que sufrimos en esta vida lo merecemos debido a lo que hicimos en vidas pasadas. Y eso siempre se da, pues es una ley universal e inmutable. PERO yo no pude menos preguntar, ¿mereció Cristo la muerte cruel y vergonzosa de la cruz? Afirmar que sí es patentemente absurdo. Era un hombre, humilde, perfecto y sin pecado -- reconocido universalmente como un gran maestro y aun por el Dalai Lama como un ser iluminado. Además, en su preexistencia estuvo en la misma presencia del Padre Celestial (Jn 1:1-2, 19, 18). Mas bien Su muerte se debía a Su apego a la voluntad del Padre y Su deseo de ayudar a los pecadores incapaces de ayudarse a sí mismos. Por eso, Cristo fue a la cruz y no por algún motivo egoísta o alguna falla o delito suyo. Y ¿Buda y su búsqueda por la iluminación, siempre actuaba por un sentir desinteresado por ayudar a los demás?

El Monasterio de Drepung

 

            El Monasterio de Drepung construido en el Siglo XV fue el más grande en todo Tibet. Durante nuestra visita un monje, cerca de la capilla donde prohibía la entrada de mujeres -- aun de las monjas -- tenía una bolsa grande, tal vez del tamaño de cien libras de papas, llena de dinero. Estaba en una capilla donde se prohibía tomar fotos sin el pago de una cuota. También cobraban los monjes por las bendiciones, por la entrada para el peregrinaje y en las tiendas del Monasterio por el agua, los libros, los postales y otros objetos religiosos y no religiosos. Asimismo en tiempos de Jesús estaba el Templo en Jerusalén cuando el gran Maestro botó a los mercaderes, pues ese negocio se enriquecía a los sumos sacerdotes a cuestas del pueblo. Fue así también cuando la Iglesia Católica Romana se convirtió en un negocio en tiempos medievales cuando la política y la iglesia estaban unidas. Tal unión de la iglesia o la religión y del estado siempre ha resultado ser un azote, pues emerge el deseo de controlar, dominar y manipular de parte de los dirigentes religiosos y a veces se les apodera la avaricia.

            En nuestro recorrido veíamos a monjes dondequiera pero no observamos ninguna monja, aunque había muchas peregrinas y vendedoras de los artículos sagrados y aun algunas trabajando en los techos de los templos y en la cocina del Monasterio. Asimismo veíamos muchas figuras de budas femeninas, las protectoras y ciertas bodisatvas. Estaba vedado a las mujeres por los menos un salón o capilla del Monasterio donde un rótulo prohibía su entrada. ¿Sugiere esto una discriminación insólita de la mujer en el Siglo XXI?

             En el Monasterio vimos a un monje sentado a un tipo de pupitre leyendo rezos. Usaba varios de los cinco sentidos en su acto espiritual, tales como la visión y los oídos, al usar un timbre, para conseguir una respuesta de las divinidades a sus rezos. Se usaban unas repeticiones constantes, pero no vi a nadie en meditación. Las reuniones de grupos en comunidad para la adoración budista es una actividad colectiva sólo para los monjes; cantan ciertos rezos juntos y también comen y estudian juntos. Aparte de los monjes la adoración es individual, una actividad personal y solitaria, sin el compartir con otros. El practicante puede entrar un templo o monasterio en cualquier día, arrodillarse, rezar y quemar incienso ante las imágenes de los budas. Con frecuencia llevan frutas, vegetales, dinero y otros regalos para ofrenderlos. A veces paran en frente del imagen donde agitan los palitos de bambú con suertes individuales escritos en ellas. Así demuestran la esperanza de obtener una respuesta a sus rezos. Aun en días especiales para determinado templo cada creyente ofrece solamente rezos individuales y personales.[14] En ambos casos repiten las mismas frases religiosas para ayudar en la adoración. Su fórmula de protección que incluye "Om," la joya en el loto, se repite constantemente. La escriben en rocas y paredes, la tallan sobre las ruedas de rezos y la exhiben en banderas y banderolas. Su adoración incluye la repetición de rezos y la entonación de himnos, con frecuencia al son de grandes trompetas y tambores. Algunos himnos contienen palabras tales como: "Los demonios invisibles habitan todo árbol, roca, y riachuelo ... no hay gesto, ni palabra, que no atrae la malevolencia ... los cuales únicamente los rezos de los monjes puedan sacar."[15]

            En el Monasterio de Drepung presenciamos la preparación de páginas y la confección de libros para el uso de los monjes en sus ejercicios espirituales. Las páginas amarillentas eran largas de por lo menos un metro y estrechas como de ocho a diez pulgadas aunque evidentemente otras páginas tenían otras dimensiones. Los mismos y la forma de hacerlos me hacían pensar en los tiempos de Martín Lutero en el Siglo XVI d.C. cuando este reformador usaba grabados en madera para diseminar sus enseñanzas. La técnica tibetana es muy antigua, pero no hubo evidencia de que se colocaban las páginas sagradas en manos del pueblo para su lectura, pero sí muchas fueron almacenadas, encerradas detrás de puertitas de cristal y guardadas en unos anaqueles en bibliotecas de manuscritos en sánscrito y en el lenguaje tibetano en los recintos sagrados de los templos y los monasterios para el uso, evidentemente exclusivo, de los monjes vestidos de color marrón. Aun nos mostró una exhibición de antiguos manuscritos con letras de oro en la Potala.

 

Los tres tipos principales del budismo

 

            Hoy hay tres grandes tipos del budismo: la Mahayana[16] (la rueda grande), la Teravada[17] (la rueda pequeña) y el tántrico (la magia del sexo), así llamado por sus prácticas sexuales junto con los ritos mágicos, denominados a veces supersticiosos. También este budismo se llama tibetano por el país donde ha prevalecido como un sistema de budas vivientes que da grandes poderes políticos a un grupo pequeño de monjes o lamas. Entre los monjes el común y ordinario se llama "dapa" mientras los bien educados con los puestos sociales más altos se llaman "lama," que quiere decir "jefe." Por eso también se llama lamaísmo y los budistas tibetanos son lamaístas debido a que los líderes principales son lamas. El Dalai Lama es el jefe más grande de todos ellos.

            La Dinastía Qing (1644-1911 d.C.) de China dio al Quinto Dalai Lama su apoyo político y económico con el propósito de que éste se uniera a las tribus en Tibet. Con el tiempo el budismo se convirtió en la razón para la vida de muchos tibetanos. Se levantó una casta religiosa de lamas o monjes, la cual substituyó a toda autoridad secular y se reclutaba una cuarta parte de la población masculina para los monasterios. Tibet, una teocracia autoritaria hasta el 1949, fue gobernado por unos budas vivientes, las reencarnaciones de los difuntos lamas. Hoy existen más de 1,000 budas vivientes en Tibet y las comunidades lamaístas o lamaserías de China. En este sistema del budismo tibetano algunas personas nacen para ser budas lo cual es contrario al budismo mahayana donde los practicantes progresan hacia Nirvana sólo mediante sus buenas obras mientras que en el budismo teravada sólo se logra mediante las prácticas de devoción.

            Aunque el budismo nació como una reforma del hinduismo en la India, su cuna, se extendió a China, y de allí y de Nepal a Tibet donde fusionó con la religión autóctona Bhon, pero sólo después de muchas décadas de lucha. La forma peculiar del budismo en Tibet se debe a su unión con la religión Bhon, pues incorporó muchas prácticas mágicas y ciertos aspectos sexuales. Por ejemplo, en una foto en el libro de The Potala se retrata quince figuras, aparentemente humanas, que exhiben los órganos sexuales masculinos erectos, listos para un acto sexual. Es una foto de una decoración esculpida arriba de la puerta de la entrada al salón donde está la tumba stupa del Dalai Lama IX.[18] También se veía otra manifestación erótica en un escenario del Monasterio de Drepung donde había un acto sexual humano con un animal. El mismo aspecto tántrico presenciamos también en una tienda cerca de la Potala donde se vendía una enorme estatua costosa, posiblemente de bronce, de un buda que sostenía relaciones sexuales con una mujer, aparentemente una bodisatva.

            Vinculado con este aspecto tántrico, tuve una experiencia en Guilin, una ciudad China no tibetana. Cuando salíamos de una antigua jardín, un vendedor me ofreció una estatua de un buda parecido a miles que se vendían por todos lados, pero cuando yo no indicaba interés alguno en comprárselo, él lo levantó para mostrarme lo que había debajo de la máxima figura religiosa: el órgano viril masculino erecto y listo para un acto sexual. Parece que el vendedor quería convencerme a comprarlo así, pero menos me convenció. Aunque espiritualizan ese acto carnal -- eso es lo mismo que hacían los practicantes de la religión de los baales en Israel en tiempos de los profetas clásicos de Amós, Oseas, Isaías y Miqueas, pues las sectas con su magia imitativa querían garantizar la fertilidad de sus familias, sus tierras y las buenas cosechas durante el año mediante su sistema de prostitutas cúlticas y orgías sexuales. Estas prácticas eróticas se contrastan notablemente con las instrucciones bíblicas donde se reconoce el sexo como un don[19] de Dios para la unidad de la familia en el matrimonio (Gn 2:22-24) y para la propagación de la raza en un mundo despoblado[20] (Gn 1:28) y las descripciones amorosas entre el pastor y la doncella en el libro del Cantar de los Cantares[21]. Cabe señalar que estos actos sexuales eróticos con los animales están prohibidos terminantemente en la Biblia (Ex 22:19; Lv 20:15-16).

            Me es incomprensible la insistencia de algunos occidentales por obligar a China roja a restaurar al Dalai Lama a su poder tradicional en Tibet. Cuando uno se da cuenta de las condiciones de miseria existentes durante los siglos del dominio de los Dalai Lamas que no hicieron grandes esfuerzos por mejorar las condiciones de pobreza o el nivel de analfabetismo del pueblo, uno pregunta si el pueblo se encuentra en condiciones menos ahogadas hoy que bajo los lamas. Por siglos las masas más humildes sufrían mucho del analfabetismo, las vidas cortas y la pobreza, debido a la unión de la religión de los lamas y el estado, pues el gobierno feudal budista dominado por la clase sacerdotal controlaba la fuerza policíaca en todo Tibet[22] y educaba sólo a los más inteligentes. Antes del 1959 había solamente dos clases, la nobleza y los peones. Por ejemplo, en Lhasa el 2% eran nobles, el 3% agentes del gobierno y el 90% campesinos atados a las tierras. El restante 5% eran esclavos, comprados y vendidos como propiedad. La ley daba protección solamente a los nobles y si un esclavo fuera descubierto tratando de escapar, el dueño tenía el derecho de castigarlo mediante la tortura, la mutilación o la muerte. Así que muchos huyeron a la India dejando una población en descenso desde 10 millones en el 634 d.C., 8 millones en el 1737 hasta 1.19 millones en el 1959. Aun dentro de los monasterios prevalecía la misma clase de injusticia y esclavitud de las dos castas. Después del 1959 las primeras escuelas y hospitales modernos fueron establecidos junto con otras mejoras industriales y eléctricas. La vida expectativa también aumentó desde 36 años en el 1959 cuando el Dalai Lama huyó a la India a 64 en el 1989. Aun la persecución religiosa significaba que personas de otras religiones podían ser acusadas y quemadas por la brujería.[23]

            Ha habido un descenso en el número de budistas en todo el mundo desde 613 millones en el 1993 a 360 millones en el 2001 -- un bajón de más del 50%. Según nuestro guía tibetano, también se celebran ceremonias de la religión Bhon en Tibet en las zonas rurales, aunque se contradijo a sí mismo en otra ocasión cuando dijo que sólo existe el budismo en Tibet. Tal vez esa contradicción se soluciona cuando se reconoce a los Bhon como una de las cinco sectas del budismo tibetano. No obstante, evidentemente ha sobrevivido esta religión, pues existen templos de los Bhon en la ruralía todavía. Entre los más de 2,500,000 habitantes en Tibet hoy, no vimos evidencia alguna de la fe cristiana, aunque llegan transmisiones radiales de programas cristianos en su idioma hoy. No vimos ni cruces entre los objetos para la venta por los muchos vendedores ansiosos por hacer una venta, tampoco había en el salón de entrada del hotel, sus tiendas o sus habitaciones.

Varios budas -- no sólo uno

 

            Se nos hablaba de tres budas en nuestra visita al Palacio de la Potala - el pasado (Kasiapa[24]), el presente (Gautama o Sakiamuni) y del futuro (Maitreya). En los templos de budismo mahayana también normalmente hay varios budas. Entre ellos hay uno que se ríe dispuesto a cumplir tus deseos y darte la felicidad. Está también el más poderoso de todos los otros dioses y budas, pero a su vez tranquilamente meditando en paz y el tercero es un buda femenino, la diosa de la misericordia. Además, en Lhasa se hacía referencia a otros budas como el Señor de la Sabiduría (Manjusri) y el Buda de Compasión, el cual ofrece ayuda divina mediante budas siempre compasivos, pues la meta del budismo es aliviar el dolor.[25] En el Monasterio de Drepung los monjes madrugaban y reunidos en congregación clamaban al Buda de la Sabiduría representado en la capilla grande semioscura. Se me surgieron varias preguntas inquietantes: ¿Surgió el concepto del buda de la compasión con once cabezas y mil brazos debido a que Gautama (Sakiamuni) se veía encerrado en sí mismo en meditación? Así suele representarlo: siempre alejado del mundo real de los pobres y del dolor de la gente común y corriente. ¿Cómo demostró el buda histórico una compasión para otros y cómo la demuestra hoy? Aunque los ojos estén semiabiertos, ¿está él siempre encerrado en sí mismo y en sus propios problemas? ¿Se tiene de verdad interés genuino en ayudar al pobre, al hambriento, al analfabeto, al enfermo y al angustiado? ¿Cómo lo ha manifestado? El budismo mahayana de los Han y el tántrico tibetano desarrollaron diferentes imágenes para el Buda de la Compasión: para los Han es la diosa de la misericordia, Guanyín, y para los tibetanos es Avalokitesvara. Pero en el caso de Guanyín fue una invención[26] y no una persona histórica alrededor de la cual surgieron muchas leyendas. Empero no fue necesario en el cristianismo bíblico recurrir a leyendas inventadas por los hombres, pues Jesús representó a sí mismo como el buen pastor (Jn 10) y Juan el Bautista lo identificó como el cordero de Dios (Jn 1:29, 36). Pero siglos después del origen el cristianismo en el primer siglo, algunas iglesias católicas normalmente se proyectaron a Cristo como un juez severo pero divino, alejado y distanciado de los feligreses. Estas personas se sintieron tan lejos de El que buscaban acercarle de forma indirecta mediante los mártires, los santos, las vírgenes y los ángeles como intercesores. No obstante, la Biblia claramente lo identifica como nuestro Salvador personal, nuestro intercesor y nuestro abogado al punto que se convierte en "mi pastor."

            El principal salón de reunión de todos los monjes en el Monasterio era de un color oscuro rojo con banquitos y poca iluminación. Proyectaba un ambiente sobrio, tenebroso y triste, falto de toda alegría, gozo y claridad. Esto contrastaba con las estatuas en las diferentes capillas, pues vibraban con sus muchos colores vivos y brillantes. ¿Representan estos dos mundos de contrastes -- uno adentro del monasterio y el otro afuera? Adentro, en la cocina cocinaban el alimento en fogones usando leña, aunque tenían bombillas de pocos vatios para la luz en algunos cuartos, mientras afuera había electricidad en los hoteles y los restaurantes donde colgaban muchos tapices con sus mandalas.

Las mandalas, el budismo y el Cristo

 

            Este año en Puerto Rico una nueva tradición parece estar en vías de establecerse con la segunda visita de los monjes tibetanos para crear una mandala en el Centro de Bellas Artes de Santurce, pues durante la Semana Santa unos puertorriqueños fueron a presenciarlo, pero no tanta gente como uno hubiera esperado con la mucha propaganda que se dio a la actividad en todos los periódicos del país. Algunos de mis compañeros del viaje a Tibet asistieron. Uno no puede menos que preguntar si debido a la influencia y poder económico de ciertos líderes artísticos del país se intenta comenzar una nueva tradición.

            Pero ¿qué es una mandala? La palabra viene del sánscrito y se refiere a un "Diagrama o círculo simbólico que se utiliza para realizar ejercicios de concentración o para fines mágicos. Son una forma de yantra (instrumento, medio, emblema), diagramas geométricos rituales, algunos de los cuales se hallan en concreta correspondencia con un atributo divino determinado o una forma de encantamiento (mantra) de la que vienen a ser la cristalización visual."[27] Adentro de las mandalas sagradas redondas había grandes cuadrados y a su vez adentro del cuadro había otro círculo o círculos. El cuadrado representaba el mundo que estaba dentro de un círculo que representaba lo espiritual. Estaban hechas de arena de diferentes colores brillantes (rojo, verde, azul, blanco y amarillo). En Bellas Artes la gente pudo escuchar a los monjes cantar en su forma multifónica, observar mientras que hacían la mandala y comprar objetos típicos tibetanos vendidos por los mismos religiosos. Cuando estuvieron en Washington, D.C., la gente se unía a los monjes para rezar ante la imagen de Avalokitesvara, la diosa-protectora de Tibet, que se representa con once cabezas y ocho brazos.[28] En 1997 se hizo la mandala con el propósito de proveer la paz, armonía y sanidad en todo el mundo.  El mismo Viernes Santo de este año se destruyó la bella pieza de arte de gran simbolismo creada en formas multicoloridas de arena. La prensa dijo que se hizo y se destruyó con el propósito de demostrar lo 'perecedero de todo lo existente' y para llevar al mundo energías de sanación. Parte de la arena se vertió en el mar para que las aguas llevaran su espíritu de sanación alrededor del mundo. Mentalmente yo contrastaba toda esta exhibición con las mandalas que veíamos entre los restos y reliquias cerca de las tumba-stupas de los pasados Dalai Lamas. Allí en el Palacio de la Potala las hicieron de piedra y otros materiales fuertes para durar siglos en memoria perpetua de los grandes líderes espirituales y políticos de ese país en el lejano oriente. Aun los tapices de mandalas para colgar en las paredes que se vendían en los restaurantes  durarán décadas, tal vez siglos, para quienes las compran por cientos, tal vez, miles de dólares. Yo notaba estas contradicciones de la mandala hecha en la arena para demostrar la impermanencia, las realidades transitorias, cambiantes y mutables de esta vida con los símbolos de permanencia y de grandeza de los grandes santos, dioses y budas que representan las vidas anteriores de los Dalai Lamas y otros seres divinos. Todo esto hace que el Palacio de Potala sea reconocido como una de las maravillas del mundo material.

            Para algunos hay una pregunta indispensable que se tiene que hacer: ¿se salvarán las multitudes de budistas? En último instante ¿quién los juzgará? Para dar una contestación bíblica es mejor comenzar dejando la decisión final en las manos del Juez que tendrá la última palabra y Este es el Hijo de Dios -- Jesucristo (Ro 2:16; Hch 10:42; 17:30-31; 2 Ti 4:1; Mt 25:31-33). El es quien decide y no nosotros los seres humanos, pero la Biblia no nos deja del todo a la deriva. Primero, Cristo es el Salvador (Hch 5:30-31) y la Luz del mundo (Jn 8:12). Segundo, el apóstol Pedro hablando a líderes judíos dijo que sólo hay un nombre en el mundo entre los seres humanos donde encontrar la salvación y es Jesucristo (Hch 4:10-12). Tercero, todos los seres humanos tienen conciencias y luz suficiente del mundo creado para ser responsables ante Dios por sus actos (Ro 2:15). Cuarto, Dios es Justo (Ro. 3:25-16) y ha tomado la iniciativa actuando con gracia y compasión y desea que todos se arrepientan y abran sus corazones al Salvador (Ro 10:9-10) y sean salvos (2 Pe 3:9). Eso concuerda también con nuestras experiencias como pecadores salvados por la gracia de Dios. Conviene que los cristianos dejemos la decisión final en las manos del Hijo infinito quien es el Juez de última instancia y sabe lo que hay en cada corazón. Eso es mucho más sabio que emitir una palabra de condenación o salvación para otros. No obstante, la Biblia está clara que todos se salvan a base de la obra de Cristo y la gracia de Dios. Nuestro deber no es juzgar sino proclamar las misericordias de Dios en Cristo Jesús (1 Pe 2:9-10) y dejar el resultado al Señor.

            Existe una diferencia clave en el significado de la liberación budista y la salvación para el cristiano. Para el budista es el alma que se tiene que librar del ciclo perpetuo de reencarnaciones, pero para el cristiano la salvación significa el perdón de los pecados personales y el comienzo de una vida abundante por toda la eternidad. En el budismo el reciclaje del alma depende de las obras de uno, y en la fe bíblica toda la vida espiritual depende de la obra y la gracia de Dios quien nos permite arrepentirnos y responder en fe a Cristo y a su oferta de vida abundante y eterna.

           

Algunos alegan que Cristo aprendió a sanar enfermos cuando visitó al oriente antes de su ministerio público en Palestina. Si Cristo aprendió sus técnicas de sanidad en el oriente lejano como algunos alegan, ¿serían ellas lo suficiente para explicar sus milagros de sanación? No, Cristo no tuvo únicamente técnicas para curar sino tenía lo que importaba más, el poder o la virtud para efectuarlos. Jesús dijo cuando sanó a la mujer con el derrame de sangre en Lucas 8:43-48: "Yo sé que ha salido poder de mí" (RVA). Además, El reclamó sanar con el dedo (Lu 11:20) -- una referencia al Antiguo Testamento (Ex 8:19; 31:18; Jer 32:21) y sus antropormofismos donde el brazo o mano representaba mucho poder. O sea, que a Cristo no le hacía falta usar la mucha fuerza de un brazo o toda una mano, porque con sólo usar Su dedo bastaba para lograr la sanidad y otros milagros. Pero ¿de verdad visitó Jesús a Tibet y la India para aprender de la espiritualidad oriental? Hay tradiciones orientales posteriores de la vida de Jesús que dicen que sí, pero la evidencia bíblica lo contradice (Lu 2:39-52). María, la madre de Jesús, indicó que El vivía en Nazaret de Galilea durante sus años ocultos o de silencio. Y ¿quién mejor que la misma madre de El para saber dónde estaba su Hijo durante los años de Su juventud? Si se insiste que Jesús viajó al oriente para aprender las doctrinas espirituales, entonces tenemos que concluir que las rechazó, pues los manuscritos más antiguos demuestran que jamás las enseñó.[29]

            Recuerdo que debido a la influencia combinada de los misioneros como Guillermo Carey, el gran misionero bautista en la India a principios del siglo XIX, y los gobernantes occidentales, se hicieron ilegales las prácticas dolorosas que las mujeres habían sufrido por siglos. Debido a las influencias cristianas se buscaba eliminar la práctica de quemar a las viudas en los piras funerales de los difuntos maridos. Ayudaron también en China donde se fomentó la eliminación de la costumbre de atar vendajes muy apretados alrededor de los pies de las niñas para deformarlos y dejarlos casi cojos. Evidentemente el budismo y el taoísmo había cerrado sus ojos ante esta práctica cruel como los hindúes y budistas lo habían hecho en la India. Aunque algunos digan otra vez que lo espiritual es más importante que lo físico, existen casos como éstos cuando los dos importan y van unidos. En realidad lo verdaderamente espiritual debe manifestarse mejorando las condiciones de la vida del pueblo en el día de hoy en este plano material. Aunque la práctica de quemar a las viudas con sus esposos difuntos ha terminado como una práctica común, surge la pregunta si la pobreza de la vasta mayoría de la gente con su sistema de castas e intocables que aplasta y ahoga las vidas de millones hoy se debe en gran medida a sus creencias y prácticas religiosas. Y en cuanto a Tibet ¿es posible concluir lo mismo?

            Cristo como hombre resucitado puede hacer mucho más en traernos la paz, el gozo, la felicidad y la seguridad -- o sea, una vida abundante -- que un hombre muerto que nunca resucitó como fue el caso de Gautama Buda. De hecho una persona me dijo que no podía quitar de su mente la mirada de paz del Buda de Jade que vimos en un templo de Shanghai. Por supuesto esa mirada fue colocada allí por un artista proyectando lo que él creía que debían reflejar esos ojos de esa gran figura espiritual. Otros budas en el mismo templo tenían una tendencia de sonreír. Representaba lo que más ansiaba el pueblo -- la felicidad. Algunas imágenes de iglesias católicas tienen ojos que dan la impresión que están mirando a la persona. Pero siempre los ojos de Sakiamuni estaban o cerrados o semiabiertos. Pero lo cierto es que ninguna imagen puede sentir la paz ni ver a nosotros (Sal 115:3-8). Cristo dijo: "Mi paz os doy" (Jn 14:27). En medio de las tempestades de la vida dota nuestras vidas con una perfecta paz. Nos quita todo temor (1 Jn 4:16-18), nos protege y nos cuida aun en medio de las tempestades y las experiencias angustiosas de esta vida. Da una vida abundante a sus ovejas (Jn 10:10), una paz inexplicable, pues sobrepasa todo entendimiento (Col 2:2).

            Tal vez alguien dirá que a lo menos Gautama Buda no reclamó ser Dios, mientras que Jesús sí lo decía de sí mismo. Pero conviene preguntar, si Cristo reclamaba ser Dios (y lo hacía tal como entendían sus compueblanos - Jn 10:25-39) ¿no es posible que lo fue en verdad y sigue siéndolo hoy? ¿No es posible que ya que Buda no reclamó ser Dios, que él sabía que no era y, por ende, no lo es hoy tampoco? Pero lo más trágico de todo esto es que a través de los siglos muchos seguidores lo han convertido en un dios. Aún más algunos budistas dicen que es el dios más poderoso y más alto de todos los dioses. Eso es algo que nunca reclamó él durante su vida y definitivamente no fue, pues murió y fue enterrado y existen reliquias de ese difunto hasta el día de hoy. Del otro lado Cristo murió una muerte odiosa de un criminal común y corriente, pero fue resucitado de entre los muertos y por lo tanto "fue declarado Hijo de Dios con poder" (Ro. 1:3-4). Así que aun Gautama quien murió como toda criatura y todo ser humano, nunca resucitó. ¿Por qué entonces darle un reconocimiento inmerecido mediante la adoración y ofrendas como si fuera un dios?[30]

           Una alternativa, por supuesto, es la de la Nueva Era que reclama que todos somos dioses y lo que nos hace falta es reconocer esta realidad, pues dentro de todos nosotros está la chispa divina, que eventualmente regresará a su fuente, o la gota divina del océano adentro de nosotros que se identifica como parte del ser divino del universo. Pero Génesis 2 hace claro que el ser humano creado por el único Ser Supremo que se llama Jehová (Yavé, el Señor), tuvo un comienzo y tendrá un fin -- por ende, somos finitos -- no eternos -- y mortales -- pues todos morimos.[31]

 

                                                                             

COMENTARIOS RECIENTES DEL DALAI LAMA XIV

                                                                             

            El mismo Dalai Lama XIV niega[32] las leyendas utópicas del Tibet acerca de los monjes que vuelan y los lamas que tienen el poder de levitación. De hecho insiste que él mismo como el máximo dirigente y apóstol del budismo tibetano no sabe hacer milagros y que nunca ha visto ninguno. Además, ha admitido que antes de que los comunistas asumieran el control del gobierno tibetano, la sociedad semifeudal budista tenía sus debilidades como la corrupción, el analfabetismo, la violencia y la seducción de las jóvenes por monjes en algunas aldeas de Tibet, Nepal y Bhutan. Son prácticas típicas de toda sociedad semifeudal. Este misionero mundial y buda viviente del tantrismo niega también de que él sea un dios-rey perfecto sin pecado, pero se cree la reencarnación del Dalai Lama XIII y reclama una conexión muy estrecha con el Quinto (V), uno de los más grandes de la Potala. Además, ha admitido que a veces lucha por controlar su temperamento para evitar a que se descontrole, pues ha dicho en varias entrevistas que lucha contra la lujuria. Cuando piensa en bellas mujeres, tiene que recordar las enseñanzas clásicas budistas de que el cuerpo humano un día será un cadáver podrido.

            Reconoce que hay grandes diferencias entre las principales religiones, pero a su vez admite que hay cierta unidad entre ellas en cuanto a su "mensaje de compasión, perdón, tolerancia, felicidad, simplicidad y autodisciplina."  Dice que no da las gracias a Buda por sus bendiciones, porque cree que su propia prominencia y buena fortuna en esta vida se deben más a sus buenas acciones en vidas anteriores.

            En cuanto a Jesús de Nazaret el Dalai Lama lo ha reconocido públicamente como un ser completamente iluminado, o sea, un buda. Aunque tal afirmación podría servir de un punto de partida para el diálogo con los cristianos, empero hay grandes dificultades inherentes a esa postura. Si Jesús es un ser completamente iluminado, entonces el Nazareno siempre hubiera enseñado la verdad acerca de su persona. Por lo tanto, ¿es cierto que enseñó la verdad cuando dijo que había un Dios, que El era el Hijo de ese Dios y también el Salvador del mundo? Siendo un ser completamente iluminado, debería enseñar la verdad, pero si no la enseñó siempre, entonces no era un ser completamente iluminado. El Dalai Lama admite que esa es una buena pregunta, pero hace una distinción aun entre las enseñanzas de Gautama Buda, pues algunas "siempre permanecen válidas" pero hay otras que "tenemos la libertad de rechazar," porque Buda sabía que la gente no siempre estaba lista para recibir la verdad "superior," pues no les convencía o no les ayudaría. Por lo tanto, a veces el fundador del budismo enseñaba verdades "menores" o "inferiores" debido a la situación o la ignorancia de las personas en esa época. Esta técnica de interpretación budista se conoce como "los medios hábiles" (uppayah).

            ¿Cómo aplica este modo de interpretar las enseñanzas de Jesús? Según el Dalai Lama Jesucristo también vivió vidas anteriores. Así que, mediante su uso de prácticas budistas o algo parecido, el Nazareno alcanzó un estado superior, la etapa de un bodisatva o de una persona iluminada. Entonces, en cierto período o era, apareció como un nuevo gurú o sabio. Debido a esas situaciones peculiares, enseñó algunas doctrinas diferentes al budismo. Empero enseñaba los mismos valores religiosos de la paciencia, la tolerancia, la compasión y otras. Para el Dalai Lama eso es el mensaje verdadero que sirve para hacernos mejores seres humanos. Así concluye él que Jesús no enseñó en lo absoluto mentiras ya que su motivación era siempre ayudar al pueblo.[33]

            Pero tenemos que preguntar: ¿por qué los contemporáneos a Jesús en Palestina no podían recibir el mismo mensaje que enseñaba Gautama en su época, aunque fuera de boca del carpintero de Nazaret? Es cierto que una enseñanza efectiva se contextualiza hasta cierto punto, dependiendo de la audiencia, pero hay que preguntar, ¿fue tan mala la karma de todos esos Israelitas que Jesús tuvo que callar acerca de la reencarnación, las Cuatro Verdades Nobles, el Noble Sendero Octuplo y la naturaleza de la iluminación? Finalmente, decir que Jesús era en realidad un buda disfrazado no es nada halagador ni para Jesús ni para Gautama. ¿Les gustaría a los budistas que los cristianos dijeran que Gautama fue en realidad una especie de "cristiano" antes de que naciera Jesús?

            En esencia lo que divide al cristianismo del budismo es Jesucristo. La integridad y veracidad de Sus enseñanzas en los cuatro evangelios están íntimamente ligadas a quien Jesús, Sus discípulos y Sus enemigos decían que El era - o sea, a su autoidentificación. Es imposible aceptar a Jesús como un ser iluminado si se usa la perspectiva budista para evaluar sus reclamos de lo que es la verdad. Por ejemplo, Jesús encomió a Pedro por confesar al Hijo del Dios viviente como el Mesías, el Cristo. Le dijo claramente que Dios se lo había revelado (Mt 16:17). De la perspectiva budista tibetana y mahayana[34] que son politeístas, hay que preguntar, ¿Cuál dios? y ¿de cuál dios es hijo Jesús? Pero Jesús habló reiteradamente de su Padre, el único Dios.

            Finalmente, recordemos que el Dalai Lama ha negado a comparar a sí mismo con Jesús. Aparentemente eso se debe a su reconocimiento de la grandeza del Nazareno. Tal vez hay que insistir algo que él no dijo: que Jesús es un ser tan iluminado y trajo tanta iluminación que en realidad era y es "la luz del mundo" tal como El reclamaba ser (Juan 8:12).

 

     [1]Un comité de monjes buscan el alma reencarnada del anterior Dalai Lama comenzando un año después de su muerte. Viajan en diferentes direcciones de su templo buscando a todos los varones nacidos cuando murió ese buda viviente. A cada uno se les presentan varios utensilios, algunos de los cuales pertenecían al difunto. Si el niño se interesa en uno de ellos, se supone que puede ser su reencarnación. Para confirmar su identidad se celebra un rito mediante el cual se pide consejo de un espíritu protector. Si dos o más almas en los niños pasan estas dos pruebas, se sacan suertes de una urna dorada para determinar a cuál deben seleccionar [Foster Stockwell, Religion in China Today (Beijing: New World Press, 1993), 98].

     [2]James A. Beverley, "Buddhism's Guru," Christianity Today (11 de junio de 2001), 67.

     [3]Stockwell, 101.

     [4]Ver "¿Qué es la Sociedad Teosófica y quién fue la Madama Blavatsky?" La Sana Doctrina, XVI:1 (Enero-feb., 2001), 12-13.

     [5]Ver "Un vistaso al budismo," Las Doctrinas Sanas y las Sectas Malsanas (DSySM), II:115-124.

     [6]"La santería," DSySM, II:36-48.

     [7]"El Tantra-Yoga se polariza en el estudio del aspecto femenino de la manifestación cósmica.... La unión sexual ... con la mujer pasa a ser la realidad simbólica de la unión con la suprema fuerza del universo. En el tantrismo las prácticas y ritos sexuales ocupan lugar preponderante" [Zaniah, Diccionario Esotérico (Buenos Aires: Editorial Kier S. A., 1979), 442].

     [8]"Cúpula o túmulo de mampostería erigida para la conservación de reliquias buddhistas ...." (Zaniah, 431).

     [9]Rabindranath R. Maharaj, Death of a Guru. Este libro de la experiencia de un gurú de la isla caribeña de la Trinidad y de la India subraya esta realidad.

     [10]Así se llama "al adepto o santo que llegado a la aurora del nirvana, renuncia a entrar en él porque su inmensa compasión le ordena volver con los seres atados todavía por el dolor y obrar su propia salvación colaborando en la del mundo entero" o sea, se trata del "ser de sabiduría, que obedeciendo a su amor, ha retrasado voluntariamente su propia liberación" (Zaniah, 75).

     [11]Los cinco elementos son el fuego (rojo), las nubes (blanca), el cielo (azul), el agua (verde) y la tierra (amarillo).

     [12]Stockwell, 101.

     [13]Ver "La reencarnación y sus evidencias," DSySM, I:152-158.

     [14]Stockwell, 90.

     [15]Stockwell, 104.

     [16]Se identifica la mahayana en China como el budismo "Han" que está integrado por ocho sectas principales. Se caracteriza por su énfasis en las acciones que efectuarán la salvación de otros (Stockwell, 92).

     [17]También se identifica la teravada como el budismo Pali por sus escrituras en ese idioma. Da énfasis a la salvación individual.

     [18]"Entrance to the Hall of Dailai Lama IX's Stupa Tomb," The Potala (China: Encyclopedia of China Publishing House, 1995),  80-81.

     [19]Ver "Bases teológicas y bíblicas para la sexualidad humana," DSySM, I:285 y La Sana Doctrina, (Sept-Oct, 2000), 11.

     [20]Ver "La sexualidad humana en los propósitos del Creador," DSySM, I:18-20 y Introducción a la fe cristiana, 51-53.

     [21]Existen diferentes interpretaciones del pastor y la doncella, desde el amor de Jehová para el pueblo suyo y el amor de Cristo para los suyos hasta los amoríos literales entre esposos. Empero es innegable su uso en las bodas durante ciertas épocas en la historia hebrea.

     [22]Stockwell, 101.

     [23]Stockwell, 102-103.

     [24]No hay acuerdo en cuanto al número de budas del pasado, pero una lista nombra los siguientes: Vipasyin, Sikhin, Visvabhu, Krakucchanda, Kanakamuni, Kasiapa y Sakiamuni (Lu Yanguang, 100 Buddhas in Chinese Buddhism (Singapore: Asiapac Book Pte. Ltd., 1997), 3).

     [25]Compare el énfasis entre los de la superfé, y en especial la secta brasileña que se promueve con las palabras: "Deje de sufrir." Ver "Prácticas desviadas de la Iglesia Universal del Reino de Dios," La Sana Doctrina, XV:3 (Mayo-junio, 2000).

     [26]Lu Yanguang, 29-30.

     [27]Zaniah, 292.

     [28]The Potala, 76.

     [29]Ver "El Cristo de la fe cristiana," DSySM, I:300.

     [30]Los "rastafarians" hacen algo parecido. A pesar de que el Emperador Haile Selassie de Etiopía dijo que no era Cristo, los rastas insisten en darle ese honor aunque él mismo negaba el derecho de recibirlo.

     [31]Ver "Las enseñanzas de la Nueva Era," en DSySM, I:286-292.

     [32]Beverley, 65-70.

     [33]Beverley, 72.

     [34]Del punto de vista de Gautama Buda quien evidentemente no enseñaba acerca de un Dios vivo, entonces el problema para el budismo teravada es, ya que no hay Dios, obviamente Jesús afirmaba que uno existía -- su Padre.

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